¿Existe el efecto placebo en la medicina?

"Cuanto mas crónica es una enfermedad, cuanto mas dolor le causa al paciente, mayor es el efecto placebo"

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Ahora León / Salud / Dr. Jorge Gutiérrez

La palabra latina placebo, que significa “agradaré“, entró en la lengua inglesa para designar un servicio vespertino de la iglesia Católica Romana; mas tarde adquirió el significado de “adulación” y “adulador/a, y finalmente encontró su lugar en el vocabulario técnico de los médicos. En un diccionario médico editado en 1811, aparece definida de la siguiente manera: “Epíteto dado a cualquier remedio adoptado más para agradar que para beneficiar al paciente”.                                                                           El efecto placebo es uno de los fenómenos médicos mas complejos. Aún no ha sido posible explicarlo por completo. En principio en todas las áreas de la medicina existen ejemplos de curaciones mediante placebo.

Cuanto mas crónica es una enfermedad, cuanto mas dolor le causa al paciente, mayor es el efecto placebo.

Como opina el Dr. Andrew Weil: “ No hay ninguna reacción física directa del cuerpo humano a un tratamiento terapéutico que no se pueda producir de la misma manera y con igual magnitud como reacción a un placebo inerte. Los placebos pueden aliviar los dolores postoperatorios, inducir sueño o focalización mental producir espectaculares remisiones  de síntomas y signos objetivos de enfermedades crónicas, iniciar el rechazo de verrugas y otras excrecencias anormales, etc. Pero también pueden inducir todas las consecuencias indeseables de los tratamientos con auténticos fármacos, entre ellas: náuseas, dolor de cabeza, erupciones en la piel, urticaria y otras reacciones alérgicas más graves, lesiones en los órganos y adición ( cuando esto es así se les suele llamar nocebos)”.

Cualquier tratamiento; farmacológico, inyectado, fisioterápico , quirúrgico, incluso dialéctico puede inducir un efecto placebo, como ya se ha demostrado en numerosas experiencias, independientemente de su efecto fisiológico.

Me interesa especialmente en este artículo destacar el placebo quirúrgico porque se considera como uno de los placebos mas poderosos y sin embargo nadie parece contar con él, a pesar de que nos puede explicar gran parte de las incongruencias que observamos en torno a determinadas cirugías, que si bien provocan un alivio, no lo hacen de forma absoluta sino parcial o no se mantienen en el tiempo.

John Sarno, uno de los maestros de la medicina psicosomática del siglo XX, comentó: “ mi experiencia terapéutica me obliga a decir que la cirugía puede producir en ocasiones un resultado favorable debido al efecto placebo. La potencia del placebo, es decir, su capacidad de producir un resultado positivo y permanente se mide por la impresión que deja en la mente de la persona”

Este hecho fue puesto a consideración del mundo médico por primera vez en 1961 en la publicación Surgery as a placebo ( la cirugía como placebo) por Henry Beecher, el mismo investigador que documentó las curiosas reacciones que tuvieron lugar en la Segunda Guerra Mundial, donde soldados gravemente heridos apenas tenían dolor debido a que ello significaba que les sacaban del campo de batalla para devolverles a sus hogares.

Los expertos en placebo señalan que cuando éste se realiza por segunda vez el efecto placebo suele ser mas corto o no se produce, ya que la sugestión en un segundo intento es menor. Esto lo podemos ver  en la práctica clínica cuando observamos a determinados pacientes que han sido operados mas de una vez de padecimientos relacionados con el dolor como las cirugías de la columna lumbar o cervical. En las sucesivas cirugías el alivio que vemos es menor.

En mi experiencia personal siempre me llamaron la atención los alivios observados en determinados casos de cirugía del nervio trigémino en los cuales el periodo libre de dolor inicial ha llegado a ser de hasta 4 años y tras una nueva cirugía éste se ha reducido a 1 o 2 años.

Desde mi posición de médico de anestesiología, quiero destacar que con este escrito no tengo la intención de criticar a los cirujanos (compañeros de trabajo y algunos, amigos) por sus indicaciones quirúrgicas, que creo son bienintencionadas, sino contribuir a una reflexión sobre porqué determinadas cirugías que tienen lugar hoy en día no obtienen el resultado que se les presupone y sin embargo producen una cierta mejoría o cambio en los síntomas iniciales.