Un nuevo mapa mundi que acaba con 447 años de inexactitud

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Noticias de León / Ahora León / Texto: P. Blanco / Narukawa / Imagen: verne

El mapamundi que conocemos hoy en día se lleva utilizando desde 1569, año en el que Gerardus Mercator, presentó su proyecto con el que hoy conocemos este mapa, “mapa del mercator”.

Hoy en día, un diseñador y arquitecto japonés, Hajime Narukawa, podría poner un punto y aparte, y dejar en la historia al viejo mapa con el que todos hemos estudiado en las escuelas.

El antiguo mapa, inexacto para los técnicos sobre todo en las zonas de la Antártida y Groenlandia, deja paso a otro que es casi perfecto, aunque ahora raro y anti-estético por el hábito que tenemos de ver al mapa mercator en todas partes.

Si el antiguo se construyó basándose en un cilindro con todos los paralelos de la misma longitud, el nuevo se ha diseñado basándose en el origami. Con esta técnica, Narukawa consigue plasmar con precisión el tamaño de mares océanos y tierras.

En cuanto al desarrollo en la constitución del innovador mapa, hay que destacar que se ha realizado con la división del globo terráqueo en 96 triángulos, que posteriormente se han trasladado a un tetraedro, consiguiendo así líneas rectas que logran mantener las medidas una vez que se despliega el tetraedro y se constituye un rectángulo que da lugar al mapa en sí.

mapanarukawa

Quién sabe si este trabajo de 15 años del japonés se acabará implantando en las aulas debido a su finura, aunque el antiguo es muy útil en el aspecto marítimo ya que conserva las direcciones de navegación sacrificando las medidas terrestres.

Críticas al mapa de Hajime Narukawa

Por otro lado, en este mundo nada es perfecto, y por ello, un profesor de la Universidad Politécnica de Madrid, Juan José Arranz, ha afirmado para Verne que, siempre habrá distorsiones cuando se intenta plasmar en una superficie plana la proyección de una esfera.

El mapa, ganador del premio Good Design Awards, sigue siendo imperfecto para Arranz, el cual confirma que estas distorsiones se reducirán aún más si alguien consigue recrear un mapa a partir de 192 triángulos, eso sí, sin resolver el problema en su totalidad.

También destaca las carencias de orientación, ya que no se alinea con los puntos cardinales por lo que no es muy útil en el aspecto orientador.