Robots primarios

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Ahora León / Opinión / Isidro García Getino

Hoy se maneja a las sociedades como masas informes de robots desprogramados. Y mañana será mucho más. Eso les espera a nuestros hijos y nietos: masas adormecidas con cerebros ofuscados… A menos que pongamos pronto remedio.

Y el remedio es una educación con una muy sólida base ÉTICA.

El hombre como mercantil objeto de manipulación, democráticamente infantilizado por papá Estado  proveedor generoso a petición de según quién. Infantilizado para que vea lo que otros quieren que vea, oiga lo que otros le vocean al oído, aprenda lo que otros ponen en su mente, busque lo que otros le inducen a pagar, quiera lo que otros quieren que quiera sin quererlo y piense que lo viral es lo que hay que pensar, y con ello la novedosa ideología de género, que ya nada tiene que ver con masculino, femenino y neutro que se estudiaba antes. Ahora es otra cosa…simple ideología para imponer a todo robot primario sin criterio propio: la anti-ética.

Para todo ello nos encontramos con políticos en cargos de gran influencia pero sin la menor ÉTICA ni responsabilidad y que están proliferando, de todos los colores.

Los problemas éticos requieren soluciones éticas. Los niños desde bien pequeños y los jóvenes de hoy necesitan imperiosamente una sólida cimentación ética para poder construir su edificio personal contra infinitos vientos y mareas  – los actuales y los que arreciarán en el futuro  próximo–.

Los humanos, para seguir siéndolo,  más que lo novedoso, lo inédito, lo ultra, lo super y lo virtual, necesitamos volver a lo real, lo originario, lo que humaniza, nutrirnos de la naturaleza que origina a los seres. Necesitamos todo eso que es terrestre, natural y humano, que es hermandad con mente pensante y no solo aparatos, novedosas ideologías, técnica, “superhombres” abducidos por lo virtual, que no nutren,  no humanizan,  no hermanan, no conviven, solo aglomeran porque seducen.

Todo lo positivo, interesante y práctico que tienen las tecnologías, queda desvirtuado por el abuso social y personal que de ellas se hace. Y por el desconcierto institucional al haber desplazado y casi desterrado la formación básica en humanidad y contenidos éticos para implantar virtualidad. Desterrado el pensamiento, la reflexión, el intercambio de ideas y la convivencia que nutren y humanizn. Solo cuenta la cacharrería, la progresía y el bufoneo, colegueo a distancia.

Cuanto más virtual  introducimos en nuestras vidas, menos real vivimos y más alienación  sufrimos.

Educación, formación, fundamentación ética que nos aporte juicio crítico, discriminación y sentido humano para evadir ser alienados por lo virtual.  Los niños necesitan esa educación y formación  antes de que sus manos sean invadidas por la digitalidad que les abduce como muñecos marionetas dirigidos por hilos  distantes.

Educación, formación que enseñe a diferenciar entre humanos y esclavos:

-Humanos capaces de pensar por sí mismos.

-Humanos sin ataduras ideológicas diseñadas para seguir consignas.

-Humanos capaces de mirar el mundo, la realidad sin ser devorados por ella.

-Humanos capaces de tener criterio, mirada propia.

-Humanos capaces de hacer estimaciones éticas de lo que su entorno les ofrece sin la boba fascinación del borrego que sigue al rebaño.

-Humanos, que lo sean en toda la dimensión de ser individuo-persona y sujeto social.

-Humanos que hoy Diógenes buscaría, con mucha más dificultad que en sus tiempos, con un farol por calles y plazas de todo el Occidente.

FORMACIÓN ÉTICA que hoy necesitamos y nuestros hijos necesitarán mucho más porque las leyes ya no sirven, la justicia no concuerda, la educación no funciona, la información desinforma y la persona se robotiza inmersa en absorbentes virtualidades que impiden ver la realidad real porque todo está en la nube.

ÉTICA para tener valores, principios, criterio, humanidad y fe inquebrantable en el creyente. La ética de los tres valores que jamás fallarán ni pasarán: verdad, belleza y bondad.

El mundo dejará de ser la mentira que contemplamos.