Todos los detalles de la detención de «Ana Julia Quezada»

Desde que fue interrogada, cayó en varias inconsistencias y contradicciones sobre cómo encontró esa prenda y cómo había sido puesta al niño la mañana del día en que desapareció.

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Ahora León / Gabriel Cruz

La Policía y la Guardia Civil detuvieron a primera hora de la tarde de ayer  a Ana Julia Quezada, dominicana de 35 años y actual pareja del padre del niño Gabriel Cruz, Ángel. En estos momentos, es la principal sospechosa de la muerte del pequeño.

Los agentes han precisado que llevaban varios días vigilando todos los movimientos de la mujer, y ayer fue detenida cuanto transportaba el cuerpo del niño de 8 años en el maletero de su coche, después de sacarlo de un pozo.

Lo que la delató fue haber aportado la supuesta prueba de la camiseta del niño, encontrada en las inmedaciones de una depuradora que está a 4 kilómetros de la casa donde desapareció Gabriel el 27 de febrero. Desde que fue interrogada, cayó en varias inconsistencias y contradicciones sobre cómo encontró esa prenda y cómo había sido puesta al niño la mañana del día en que desapareció.

Así cayó Ana Julia

Además, ahora se investigan varias claves fundamentales de caso, que podrían estar siendo desveladas en el interrogatorio policial: Ana Julia debe reconocer si actuó sola o con alguien. Además, se ha asegurado que el niño habría fallecido -no se habla aún de homicidio- en torno al 1 de marzo, entre 2 y 3 días después de su desaparición, y en el resto del tiempo hasta hoy habría estado ocultado su cadáver.

Los agentes la pillaron in fraganti recogiendo un sospechoso bulto entre mantas en una finca y trasladarlo en el maletero de un coche que no era ninguno de los dos que había venido utilizando estos días. Al ser acorralada por los agentes, éstos encontraron en el maletero el cuerpo sin vida de Gabriel. Ella, entonces, gritó: «¡No he sido yo!«. Intentaba argumentar que o bien ella no le quitó la vida o que no sabía que estuviera ahí el cuerpo. Evidentemente, palabras que la Guardia Civil no da credibilidad puesto que desde hace días, como decíamos, estaba siendo seguida y era la principal sospechosa.

De hecho, fue fundamental en la solución del caso que ella supiera de su condición de investigada. La presión policial la obligó a actuar, y al ser seguida, cayó en su propia trampa al trasladar el cadáver de Gabriel. Incluso la prensa, según han relatado algunos reporteros que cubrían estos días el caso, había sido avisada de este hecho. La Guardia Civil había solicitado a los periodistas que no estuvieran detrás de Ana, ya que los seguimientos podrían frustrar el plan de que ella se auto-delatara.