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Los números de las Universidades Públicas de Castilla y León no son buenos. Especialmente alarmante es la situación de la Universidad de León, y no solo a nivel económico, sino también por el número de matriculados.
Antes de la crisis, en el curso 2005/2006, la institución académica tenía 14.101 estudiantes en sus filas, sumando primer ciclo, segundo ciclo y doctorado. Para el curso 2016/2017, la cifra ha descendido hasta los 11.370 en los mismos tres niveles. Esto nos deja con 2.730 personas menos cursando carrera en la ULE, un 20% de pérdida.
Estos números no son casualidad, ni consecuencia de que las y los jóvenes no escojan nuestra Universidad. La causa es el paulatino desmantelamiento de la universidad pública que está llevando a cabo la Junta, que se traduce en la reducción de los números clausus en las titulaciones de la ULE mientras se mantienen en las privadas. Por poner un ejemplo, antes de la crisis, Biología admitía cada año hasta 150 nuevos ingresos, mientras que, a día de hoy, solo alcanza, por ley, cien plazas. Lo mismo ocurre en otras muchas titulaciones.
En León en Común no entienden que en León, donde el principal problema es el envejecimiento de la población y la despoblación, la Junta recorte en aquello que más falta hace. Gracias a estas políticas, León cuenta con menos jóvenes universitarios que nunca en toda la provincia, con lo que ello acarrea para la ciudad y para la pérdida demográfica, pero también para el comercio que se nutría, en parte, de los estudiantes venidos de fuera. Todo esto por no hablar de lo que supone que las universidades públicas cedan terreno académico en favor de las privadas.
Por ello, León en Común pide al PP de la Junta de Castilla y León que cambien su política en este aspecto, y que priorice la inversión en educación y en investigación en las universidades públicas como motor de innovación y atracción de población.
