Abilio Fernández apuesta por una alianza terapéutica para mejorar la atención de los pacientes

El responsable del Servicio de Atención Espiritual y Religiosa (SAER) del Hospital San Juan de Dios de León hace suyo el mensaje del papa Francisco

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Abilio Fernández, responsable del Servicio de Atención Espiritual y Religiosa (SAER) del Hospital San Juan de Dios de León, ha ahondado este jueves, en el marco de la vigésimo novena Jornada Mundial del Enfermo, celebrada bajo el lema ‘Cuidémonos mutuamente’, en la “relación de confianza” como “fundamento del cuidado”.

En este sentido, ha hecho suyo el mensaje del papa Francisco al asegurar que “es la famosa alianza terapéutica la que nos enseñará a gestionar la incertidumbre de enfermos, familias y profesionales”.

“Nos recuerda que una sociedad es tanto más humana cuanto más sabe cuidar a sus miembros frágiles, a los que más sufren, y que además sabe hacerlo con una eficiencia animada por el amor fraterno”, ha señalado Fernández sin olvidar que “el cuidar” es “un arte que hay que aprender siempre”.

Y en estos tiempos de pandemia, según ha recordado, la clave no deja de ser “la incertidumbre”. “Desde ella hemos vivido una experiencia, fuerte para todos, y es posible que sea una característica de la naturaleza humana que reconocer e integrar en la vida”, ha argumentado.

“La enfermedad revive nuestra vulnerabilidad”, ha precisado para, a renglón seguido, incidir en las preguntas que desde los inicios de la humanidad nos hacemos ante el sufrimiento sin respuesta. “En el fondo es un misterio que nos envuelve. Por eso, enfermo, familia y profesional han de formar una unidad terapéutica que, desde la cercanía, se convierta en ese bálsamo que brinda apoyo y consuelo”, ha apostillado.

Esta nueva Jornada Mundial del Enfermo es, a su juicio, un momento propicio para brindar una atención especial a enfermos, profesionales y familias, así como a los lugares del cuidado: hospitales y hogares. “Tres realidades, dos espacios y un único objetivo: cuidar la vida”, ha señalado antes de concluir que “estamos obligados a aprender a acompañarnos, a dar valor humano a la escucha en una mutua relación de confianza y, con un enfoque holístico, a establecer un pacto entre cuidado y cuidador desde la confianza, el respeto, la sinceridad y la disponibilidad”.

Persona enferma y familia: la unidad en los cuidados

Cuando existe una persona dependiente o enferma la familia tiene una importancia decisiva. En ocasiones estos cuidados se reparten entre varios miembros, pero siempre aparece la figura del cuidador principal, sobre el que recae la mayor carga y responsabilidad.

Su trabajo es complicado y duro. La mayor parte de las veces supone priorizar el cuidado de la persona enferma a su vida familiar y personal, y eso repercute sobre su bienestar emocional al verse abocado a modificar sus relaciones interpersonales o a abandonar proyectos vitales olvidando cuidarse a sí mismo.

Para paliar esta situación, la Orden Hospitalaria de San Juan de Dios incluye dentro de los cuidados a la familia y al cuidador. El soporte psicológico y emocional es esencial, ya que esta figura soporta una incalculable carga emocional y tiene una alta prevalencia de ansiedad o depresión.

Los centros de San Juan de Dios cuentan con equipos de atención psicosocial que ofrecen este soporte. Existen siempre, incluso tras la pérdida, canales de comunicación abiertos con los familiares acerca de las alteraciones que puedan ocurrir durante o tras el proceso para responder a las cuestiones de forma sincera y cercana.