AdCom, el primer centro público especializado en adicciones tecnológicas

La sociedad evoluciona y con ella las adicciones. La visualización de pornografía LOS VIDEOJUEGOS , las redes sociales, las compras compulsivas o el juego con apuestas son prácticas que para un número cada vez mayor de personas se han convertido en un enorme problema.

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Una característica de la dependencia a estos elementos es la ausencia del consumo de ninguna sustancia, factor que las convierte en “adicciones conductuales”. Para facilitar la rehabilitación, la Consejería de Sanidad ha creado AdCom, el primer centro público especializado de la Comunidad de Madrid y de España.

Este recurso está ubicado en el Hospital General Universitario Gregorio Marañón y acaba de comenzar su actividad. El CENTRO INTEGRAL DE ADICCIONES TECNOLOGICAS está compuesto por un equipo multidisciplinar de cinco personas: un psiquiatra de adultos, un psiquiatra infantil, un psicólogo clínico, una trabajadora social y una enfermera de salud mental.

Ricardo Hodann es el psicólogo clínico que trabaja en AdCom. “Las adicciones comportamentales tienen una complejidad añadida. No podemos exigir una abstinencia total como en las adicciones a sustancias”, explica Hodann. La diferencia principal radica en que el medio de acceso para las compras compulsivas o para las redes sociales es el móvil o el ordenador. Según este psicólogo clínico, no es posible “obligar” a los pacientes a que no usen sus dispositivos ya que suponen herramientas necesarias en sus vidas cotidianas.

“Tenemos que enseñarles estrategias de autocontrol e incidimos mucho en los factores psicológicos. Tratamos la gestión de la impulsividad”, asegura Hodann. Un ejemplo de este tipo de técnicas es situar el ordenador personal en una zona común y no en un lugar aislado dentro de su domicilio, siempre y cuando el paciente conviva con más personas.

Una de las adicciones que más preocupan a las instituciones públicas es el juego. “Ya contamos incluso con medidas legales para que la gente se pueda ‘auto-denunciar’ cuando sienta la necesidad de acudir a una casa de apuestas o de hacerlo mediante su dispositivo”, detalla este experto.

Las “adicciones tecnológicas”

Dentro de este grupo figuran la adicción a las redes sociales y al uso del teléfono móvil. La primera fase del tratamiento para esta patología consiste en “retirar los estímulos” que incitan al paciente a tener una conducta compulsiva. Es decir, el primer paso supone que la persona afectada use lo menos posible su dispositivo, mediante apoyo psicológico en caso de que se genere ansiedad. La gestión de las emociones se torna en el objetivo principal de estas terapias, ya que se persigue que los pacientes logren usar sus dispositivos -y los contenidos a los que da pie- sin compulsividad.

En cualquier caso, en este centro específico son conscientes de que los dispositivos tecnológicos suponen en una mayoría de casos la puerta hacia las verdaderas adicciones  Según Hodann, en adultos jóvenes y de mediana edad la adicción más importante es la del juego con apuestas, ya sea presencial u online. “El juego tiene un impacto muy importante en la vida de la persona a nivel social, familiar y económico”, explica, a la vez que señala una tendencia preocupante: el aumento de la prevalencia de esta y del resto de adicciones tecnológicas en menores de edad.

“Estamos viendo que la prevalencia de adicciones tecnológicas -en concreto a videojuegos, redes sociales y compras- está creciendo más y más”, detalla este psicólogo que a pesar de reconocer la inexistencia de estudios lo suficientemente representativos, señala a la pandemia como una posible causa debido a la cantidad de tiempo que los menores han pasado en sus domicilios. “Parece que esto se ha visto agravado por la pandemia, porque muchos adolescentes han tenido que pasar muchas horas en casa delante del ordenador o han tenido la consola más a mano”, asegura.

Menores y adultos

En el AdCom, se dividirá en dos los grupos poblacionales a los que va a atender: de 12 a 17 años y mayores de 18. Según Hodenn, existen dos razones fundamentales para realizar esta distinción. Por un lado, la necesidad administrativa de que los menores con una posible adicción sean acompañados por su padre o su tutor legal; por otro, las diferencias asistenciales en el tratamiento a los menores.

Según este psicólogo clínico y miembro del equipo, las escalas evaluadoras para los menores de edad se aplican de una forma diferente a la de los adultos, ya que están enfocadas a detectar las adicciones más frecuentes entre este grupo de población -como las redes sociales o los videojuegos- y que atienden a características concretas. En cambio, para los adultos, las escalas de evaluación están enfocadas a la detección de adicciones como a la pornografía, al sexo o a las compras. “De esta manera podemos afinar mucho más”, relata.

En cuanto a la duración de los tratamientos, serán de entre 12 y 24 semanas. Durante ese tiempo, se realizará un seguimiento psiquiátrico y psicológico de forma intensiva mediante terapias individuales y grupales de forma presencial. Una vez terminado este periodo, cuando el paciente ya tenga el alta, el seguimiento continuará durante los siguientes 12 meses.

El sistema de acceso

Las personas que crean necesitar un tratamiento ante una posible adicción no necesitarán pasar por la Atención Primaria, ni ser derivado por su médico de cabecera. Los posibles pacientes podrán autocitarse en esta web, donde tendrán que cumplimentar un formulario que será analizado por el equipo del AdCom.

«El juego tiene un enorme impacto»

Una vez que piden la cita, el proceso de cribado delimitará el grado de adicción y afectación psicológica o psiquiátrica. El personal multidisciplinar, después de estudiar los cuestionarios, informará a los pacientes de su situación y les citará en consulta para una evaluación más exhaustiva si tiene un problema de adicción que afecta a su salud mental. En el caso de no llegar a ser adicción pero sí de tener un uso problemático, el caso se deriva a dispositivos donde la persona recibirá información y formación. La capacidad de cribado de este recurso es de unas 100 personas a la semana, de forma aproximada.

En caso de que el paciente requiera de tratamiento en el centro AdCom Madrid, este se iniciará con una visita a Enfermería, que, además de explicar el seguimiento, realizará las analíticas de sangre previstas en esta evaluación. A continuación, será atendido por un psiquiatra, luego por un psicólogo y, según necesidades no sanitarias, tendrá una cita con Trabajo Social.

A partir de la primera evaluación ofrecerán al usuario un plan individual de tratamiento que incluirá seguimiento y tratamiento psiquiátrico y psicoterapia individual y/o grupal. La intervención grupal estará dirigida a desarrollar en los pacientes un mejor control de los impulsos implicados en su adicción.