¿Y si además de juguetes pedimos VALORES en la carta a los Reyes Magos?

Los expertos aseguran que la sociedad actual está perdiendo los VALORES QUE FUNDAMENTAN LA CONVIVIENCIA. ¿Se los pedimos a los Reyes Magos?

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Los valores son la base de la conviviencia pacífica, y son la virtud por la cuál nos mostramos unidos a otras personas, compartiendo sus intereses, inquietudes y necesidades. Por lo tanto, este valor es un complemento de la justicia que, para desarrollarse, necesita de las actitudes de otros valores como: la empatía para ponerse en el lugar del otro y ver las situaciones desde su punto de vista; la compasión para analizar las cosas con el “corazón” y sentimientos de fraternidad; la comprensión desde el reconocimiento de la dignidad personal del otro, o la ayuda para pasar a la acción y realizar actuaciones para modificar las circunstancias desfavorables de los demás. Y la solidaridad, quizá el valor que englobe todos y que es “de uso puntual”, como ahora en navidad con campañas de recogida de juguetes o alimentos.

¿Y si animamos a los niños a pedir en la Carta a los Reyes Magos los valores que se han perdido?

Según Juan Sánchez Muliterno, presidente de AMEI-WAECE, «es dificil elegir solo un valor pero si hay que empezar por alguno, recomendaría la solidaridad ya es clave para alcanzar una convivencia pacifica porque engloba muchos más valores necesarios para una conviviencia armoniosa, no solo entre personas sino también con el planeta tierra».

Como explican desde esta asociación, “con frecuencia, al hablar de solidaridad nos referimos a identificarnos con los necesitados, éstos suelen ser personas anónimas a quiénes desconocemos. También hablamos de ser solidario con países del tercer mundo o con sociedades que han sufrido alguna catástrofe. Ser solidario en estos casos es muy positivo, pero la solidaridad debe comenzar por el comportamiento con las personas cercanas de nuestro entorno y por las acciones concretas con personas que, muy cerca de nosotros, necesitan ayuda.”

Los expertos en educación afirman que los niños necesitan recibir ayuda de sus padres para establecer relaciones positivas con las personas de su entorno y reforzar las conductas solidarias hacia ellas. De este modo, contrarrestan el ejemplo que reciben constantemente de conductas negativas y contravalores como el egoísmo, la envidia, la intolerancia, la ambición, el autoritarismo, el abuso, etc. En el entorno del niño hay demasiados modelos de comportamiento insolidario: tratar de acaparar todo para uno mismo, incluso el cariño y las atenciones, fastidiar y atacar a los demás con acciones y palabras, ver sólo los defectos de los otros y nunca las virtudes, las críticas destructivas y los falsos testimonios, imponer el propio criterio por la fuerza, física o verbal, etc.

Desde esta asociación afirman que “por desgracia, tanto niños como adultos, nos hemos acostumbrado a escuchar comentarios o a ver imágenes de las desgracias ajenas, lo consideramos un mal habitual, perdemos la sensibilidad y mostramos poca reacción emocional”. Y esto tiene que cambiar.

¿Qué pueden hacer los padres para fomentar la solidaridad?

Animar a sus hijos a que pidan, además de los juguetes o libros deseados, un listado de valores que ellos mismos vean que son necesarios. Para ello hemos de reflexionar con los niños para sean conscientes de la necesidad de mejorar la sociedad y hacerla más amable, tanto con las personas como con el planeta.

Sobre todo, transmitir este valor a través de sus actuaciones diarias y cuidar sus actitudes en las relaciones interpersonales. Además, pueden realizar algunas de las actividades que se sugieren a continuación:

·         Colaborar con el maestro del niño pidiendo información sobre mensajes y acciones comunes que conviene transmitir al pequeño.

·         Leer cuentos, fábulas y narraciones cuyo argumento esté basado en la solidaridad.

·         Comentar las acciones poco solidarias que se comentan en las informaciones de televisión u otros medios de comunicación.

·         En situaciones cotidianas, en las que el niño se muestra poco solidario, los padres provocan su reflexión con frases como: “Si eso te ocurriera a ti, ¿te gustaría que te tratasen igual?, ¿Cómo te sientes tú cuando te hacen eso a ti?

·         Acompañar al niño a una entidad de ayuda a indigentes o a una residencia de ancianos necesitados para llevar algún alimento, colaborar poniendo la mesa, etc.

·         Animarle para que regale algún juguete a otros niños que carecen de recursos.

·         Inculcar respeto, en un mundo diverso, hemos de enseñar al niño a aceptar la diversidad desde el respeto mutuo.

La Asociación Mundial de Educadores Infantiles (AMEI-WAECE) y los VALORES:

Pese a sus más de 25 años de trayectoria, la Asociación Mundial de Educadores Infantiles (AMEI-WAECE) se mantiene en la vanguardia de la lucha por la mejora de la educación de los niños y niñas de todo el mundo. Entre sus actividades destaca su apuesta por la educación en valores desde la primera infancia hecho que les ha hecho merecedores de galardones como el Premio Ciudadanos Europeos 2017 “Por un Sociedad en Valores” o el Premio WANGO que también ostenta Federico Mayor Zaragoza o Wangari Muta Maathai, Premio Nobel de la Paz en 2014.

Aunque, lejos de los premios, lo que más destacan desde la AMEI es el haber podido capacitar a maestros en países tan conflictivos como lo fue Bosnia o lo es actualmente Palestina, donde estuvieron en 2017 formando a docentes de la Franja de Gaza y Ramallah, invitados por UNICEF.

Como explica Juan Sánchez Muliterno, presidente de la Asociación Mundial de Educadores Infantiles (AMEI-WAECE) “desde que esta asociación se fundase hace ya 25 años teníamos muy clara la necesidad de educar en valores desde la primera infancia. Creemos firmemente que se trata del eje fundamental sobre el que debería girar el desarrollo de cualquier niño en el mundo y prueba de ello es que el artículo 6 de nuestros estatutos, en los que se recogen los fines de AMEI-WAECE, se cita la necesidad de realizar todo tipo de actividades encaminadas a la adquisición de valores por los niños y sus familias”.