Agua pasada no mueve molino

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Ahora León / Opinión / Eduardo M. Morato

Por obra y gracia de la Justicia, si no le ponemos coto, los leoneses pueden ver alterado, significativamente, el callejero de este Ayuntamiento.

Por causa de lo “políticamente correcto”, se pretende cambiar el nombre de calles como Alcázar de Toledo, Alférez Provisional, Álvaro López Núñez, Antonio Pérez Crespo, Calvo Sotelo (Trobajo del Cerecedo), Capitán cortés, Domínguez Berrueta, Fernández Ladreda, Fernández cadórniga, Fernando González Reguera, General Aranda (Armunia), General Lafuente, General Mola (Armunia), General Millán Astray (Armunia), General Sanjurjo (Armunia), General Yagüe (Armunia), General Zaera, Glorieta Carlos Pinilla, José Antonio (Armunia), José María Fernández, José María Quiñones de León, José María vicente López, Laureano Díez Canseco, Luis de Sosa, Mariano Domínguez Berrueta, Manuel Fraga lribarne, Marqués de Montevirgen, Marqueses de San Isidro, Obispo almarcha, Obispo José Álvarez Miranda, Pilotos Reguera, Roa de la vega, Rodolfo Martín Villa y Rodríguez del Valle.

Se da la circunstancia de que en mi caso tengo mi domicilio personal en la calle con nombre de un personaje de la segunda república y mi domicilio profesional en la calle con nombre de un personaje del régimen franquista.

Con independencia de cuestiones históricas e ideológicas, está claro que si prosperan tales cambios nadie nos indemnizará por los perjuicios que ello ocasione y así, imaginemos a un particular que vive en una de esas calles, o profesional que tiene su vivienda y su estudio en una de esas céntricas calles y verán que los efectos de tales cambios serán tremendos:

– Actualización de los datos del domicilio personal, profesional o empresarial ante instancias públicas y privadas;

– Correr el riesgo de que cualquier notificación oficial no pueda ser notificada con los perjuicios que conllevará;

– Tirar a la basura todo el material con la indicación de la dirección profesional o empresarial y tener que comprar otro para cambiar a la nueva denominación;

– Aguantar que Google Maps no pueda ubicar nuestro negocio;

– Perder clientes, etc.

Pues bien, de esto serán culpables todos los que viven del cuento, con sueldos, ayudas y subvenciones públicas, sobre el pasado, que no sólo no aporta nada, sino que obstaculiza el futuro, y encima produce molestias y perjuicios a los ciudadanos.

Pero claro, lo había olvidado, los ciudadanos no somos nada para ellos, salvo simples “ponedoras” que aseguran sus sueldos, ayudas y subvenciones públicas.

Esto hace bueno el dicho de que los políticos, en todos los niveles, pero aquí, en el local, especialmente, son, todos, enemigos declarados del ciudadano: los unos por no ir contra lo “políticamente correcto” para evitarnos importantes perjuicios a los ciudadanos y los restantes, por pretender, con la excusa de la Ley de Memoria Histórica, poner luego los nombres que tengan por conveniente, aunque, al menos a una mitad de la ciudadanía, no le guste.

En fin, leoneses, tenemos hasta el lunes 23 de enero de 2017 para acudir al Juzgado de lo Contencioso Administrativo Nº 1 de León (conforme Edicto obrante en la pag. 11 del Boletín Oficial de la provincia de León, nº 5, de 10/01/17) y comparecer y personarse como interesados y oponernos a este quebranto personal y patrimonial que puede causar el cambio de denominación de todas estas calles con todo lo que implica.

Para ello acudan a su abogado de confianza e infórmense, y si no pueden pagarlo, pidan uno de oficio, pero hagan algo por Vds., quiéranse un poco y no se dejen atropellar una vez más.