Analizar la carne de las matanzas en imprescindible para evitar la triquinelosis

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Ahora León / Colegio de Veterinarios / Matanza

El Colegio Oficial de Veterinarios de León ha advertido de la necesidad de someter a análisis y controles a la carne procedente de matanzas domiciliarias de cerdos y de cacería de jabalíes, actividades que derivan en autoconsumo de carne y fabricación de embutidos caseros que deben pasar exámenes sanitarios antes de su consumo. El objetivo, evitar casos de triquinelosis.

El vocal de Grandes Animales del Colegio Oficial de Veterinarios de León, Miguel Ángel Melón Saavedra, recuerda que la triquinelosis es una enfermedad de transmisión alimentaria ocasionada por un parásito que se produce generalmente al consumir carne de cerdo o jabalí parasitada y mal cocinada.

Cuando un animal está afectado, los parásitos invaden su musculatura y ocasionan una serie de quistes. Cuando una persona consume esa carne adquiere los quistes y el parásito y, tras un breve periodo en el sistema gastrointestinal, invade los músculos del individuo. El tratamiento en estadíos iniciales se realiza con antiparasitarios, pero el tratamiento para los quistes musculares, en estados más avanzados de la enfermedad, es difícil y generalmente se basa en paliar los síntomas con analgésicos.

Para evitar esta enfermedad existe un estricto control veterinario de los animales que se sacrifican en los mataderos, pero aquellos procedentes de matanzas domiciliarias de cerdos o de caza de jabalíes para autoconsumo deben ser analizados, de forma obligatoria, por profesionales veterinarios que realizarán un análisis con el fin de detectar estos quistes en las carnes parasitadas.

Además, se recomienda que la carne esté bien cocinada para destruir el parásito y prevenir la enfermedad. Sin embargo, hay que tener en cuenta que ni la salazón ni el curado propio de la realización tradicional de los embutidos eliminan los parásitos. Desde el Colegio Oficial de Veterinarios se hace especial hincapié en realizar los controles pertinentes en la carne procedente de la caza del jabalí, ya sea para el autoconsumo cocinado o para la realización de embutidos.

El motivo, su régimen de vida en estado libre, sin control alguno sobre su higiene y alimentación. De hecho, en los últimos meses se han detectado dos casos de triquina en jabalíes en la provincia de León. En ambos casos, el control veterinario ha impedido que la carne infectada llegara al consumo humano y que con ella se elaborara ningún producto.