ASAJA muestra su disconformidad ante el nuevo decreto de restricción al uso de fertilización nitrogenada

ASAJA muestra su disconformidad ante el nuevo decreto de restricción al uso de fertilización nitrogenada

0

Ahora León / Noticias de León / ASAJA

El Consejero de Fomento y Medio Ambiente de la Junta de Castilla y León, Juan Carlos Suárez Quiñones, informará mañana viernes en el Consejo Agrario de Castilla y León sobre el proyecto de Decreto  por el que se designan las zonas vulnerables a la contaminación de las aguas por nitratos procedentes de fuentes de origen agrícola y ganadero, y por el que se aprueba el Código de Buenas Prácticas Agrarias.

Entre las zonas vulnerables se encuentran varios municipios de la provincia de León, todos ellos en la comarca del Páramo, una zona agrícola de regadío con escaso peso ganadero, por lo que se supone que la práctica totalidad de la contaminación que se le atribuye tiene un origen agrícola. Los municipios considerados vulnerables son Bustillo del Páramo, Bercianos del Páramo, Laguna Dalga,  Laguna de Negrillos, Pobladura de Pelayo García,  Santa María del Páramo, Urdiales del Páramo y  Zotes del Páramo.

ASAJA discrepa de los informes técnicos que han determinado las zonas contaminadas, no comparte las restricciones que se imponen, y sobre todo no acepta la tabla de aportes máximos de nitrógeno aplicables a los suelos agrícolas en función de los cultivos que figuran en una guía publicada por el ministerio de Agricultura.

El Código de Buenas Práctica que aprobará la Junta es un código voluntario con carácter general, salvo en la parte que es obligatoria para quienes cobren ayudas de la PAC y por lo tanto tengan que cumplir la “condicionalidad”, pero es de obligado cumplimiento en las zonas declaradas como vulnerables a la contaminación por nitratos.

Estas restricciones en el abonado, que no han hecho más que empezar, son las que han motivado una gran parte de las movilizaciones de agricultores llevadas a cabo en Alemania y otras partes de Europa.

El cultivo del maíz, cuyos rendimientos por hectáreas aumentan año tras año, será el más perjudicado por una normativa que obliga a reducir el aporte de nitrógeno, un elemento imprescindible para lograr altas producciones.