El Barrio de Puente Castro denuncia apropiaciones históricas de sus delimitaciones

Esta es la historia que se debe repetir, la del Reino de León, hoy representada en la Región Leonesa, que creía en su identidad y potencial, y así, lo protegía

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El Colectivo Concejo Abierto de Puente Castro, como expresión unitaria del movimiento ciudadano y vecinal del Barrio de Puente del Castro, ante la aparición de un debate público por el Documento “DELIMITACIOÓN OFICIAL DE BARRIOS” elaborado por la Concejalía de Participación Ciudadana del Ayuntamiento de León, que ha tenido reflejo en los medios de comunicación, queremos dejar constancia: “Que los intentos de apropiación se repiten desde hace 600 años” Si, los intentos de apropiación de terrenos en el alfoz de León por parte de nobles y alcaldes son tan viejos como la orilla del Torio.

Han sido muchos los intentos a lo largo de la historia, pero en muchas ocasiones las instituciones del Reino de León, como la monarquía o la justicia, frenaron el atropello a esos bienes comunales. En los últimos años, han sido más bien las instituciones locales y regionales las que han mangoneado estos bienes milenarios con la connivencia de la inaccesible justicia. La monarquía, al menos para estos temas Menores, ni está ni se la espera. Enrique III, “el Doliente”, reinó en León y también en Castilla, desde 1390 a 1406.

 Pasó a la historia por ser el primer Príncipe de Asturias, Principado que creo su padre Juan I. En 1397, el rey Doliente en la real provisión que se adjunta ordenó a los jueces, alguaciles y alcaldes de la “muy noble ciudad de León” que investigasen quien se ha apropiado de montes, pastos y bienes comunales de la ciudad y su alfoz, y repongan estos a sus legítimos propietarios para el aprovechamiento común.

En 1434, se producen diversas sentencias contra personajes de la nobleza leonesa, muchos de los cuales eran regidores, por la apropiación de ejidos concejiles en Puente Castro como «El Sotillo», entre Santa Olaja y Puente Castro y «El Portillo». Hace 600 años, tanto la monarquía como la justicia, fallaban a favor de mantener uno de los signos más característicos de la identidad leonesa, donde el soberano cedía poder al pueblo en un sistema de autoorganización basado en los concejos y los bienes comunales.

Como se puede apreciar, el eje de dominación centro-periferia ha estado siempre presente entre la ciudad de León y su alfoz. Este fenómeno es exactamente el mismo que Madrid o Valladolid usa para someter a León.

Si después de tantos años sufriendo los efectos tan dañinos de tal centralización en Madrid y Valladolid, todavía queremos seguir usando la misma técnica de forma local, tenemos un serio problema, al menos de coherencia, pero sobre todo de identidad. No solo actuamos en contra de nuestro sistema natural de organización, sino que lo despreciamos, o nosotros mismos no somos capaces de valorar los beneficios del sistema, aplicarlo como nuestros antepasados nos enseñaron, y tomarlo como bandera para los procesos de participación ciudadana que se están implantado en nuestro país.

Por ser los creadores de este sistema, por haberlo usado durante mil años, por estar vigente hoy en día en más de mil pueblos de León, la ciudad de León, en vez de viajar en el vagón de cola y copiar iniciativas de otros ayuntamientos de España, debería ser un referente en este campo tanto a nivel práctico como teórico.

En este aspecto, proponemos usar nuestro barrio milEn este aspecto, proponemos usar nuestro barrio milenario de Puente Castro, origen civil de la ciudad de León, como un laboratorio para reimplantar cualquier práctica de participación ciudadana basado en nuestro sistema concejil.

Una organización que debe respetar nuestro territorio, nuestra historia, nuestra cultura y nuestra autonomía, alejándonos de cualquier eje de dominación centro-periferia e intensificando la cooperación que tantos éxitos cosechamos juntos durante 600 años. Esta es la historia que se debe repetir, la del Reino de León, hoy representada en la Región Leonesa, que creía en su identidad y potencial, y así, lo protegía