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Son días de fiesta, el momento ideal para echar la vista atrás y poner en valor todo el trabajo realizado hasta la fecha, para brindar por cada dificultad superada y, como no, por los éxitos logrados. Pero León es una ciudad donde las fiestas van siempre un paso por delante, y es que la capital leonesa, inmersa en estos navideños días en la celebración de la XVI edición del Festival Vive la Magia, que inunda las calles de ilusión para todos los públicos, continúa siendo escenario de históricas conmemoraciones.
Hoy 27 de diciembre, a las 13.30 horas, en el recién levantado Iglú Mágico, situado en la Plaza de San Marcelo, junto a Casa Botines, se ha festejado el 25 aniversario de la empresa Bodegas Gordonzello. Un cuarto de siglo que no solo ha servido para madurar el vino proveniente de las uvas que crecen en la comarca junto al río Cea, sino que además avalan la trayectoria de esta compañía que se ha convertido en uno de los principales motores de desarrollo rural de la provincia de León.
Durante su intervención el alcalde de Gordoncillo, Urbano Seco Vallinas ha señalado que “se trata de un proyecto que tiene que ver con la tierra y la recuperación de la vid. Un gran plan de desarrollo rural que ha generado unos 35 puestos de trabajo y ha pasado a facturar unos 3 millones de euros. Para celebrar este año que es tan especial para nosotros, vamos a llevar a cabo diversos eventos en los próximos meses”. El evento también contó con la presencia de José Manuel Fernández Pastor, gerente de Bodegas Gordonzello.
Gordoncillo, el municipio que ha visto nacer y crecer esta fantástica empresa, hoy también tiene mucho que celebrar. Ambos, empresa y ayuntamiento, disfrutan de los beneficios que reconocen 25 años de trabajo conjunto, persiguiendo un producto de la más alta calidad y potenciando la cultura de un vino que ya cuenta con el certificado de Denominación de Origen.
En sus bodas de plata, Bodegas Gordonzello tiene motivos suficientes para brindar por 25 años de una historia cargada de éxitos y por un futuro que se antoja, si cabe, aún más prometedor. Porque, al igual que ocurre con el vino, el tiempo de maduración es siempre proporcional a la calidad de su resultado.
