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Otro negocio de hostelería o comercio se cierra en el barrio, en este caso una bocatería en la que dos jóvenes emprendedores han puesto su economía e ilusión de su vida, Una bocatería que ha sido el lugar donde poder comprar un bocadillo de calidad, sostenible, cuando ni siquiera utilizábamos esa palabra se pensábamos en lugares de ocio, comida de verdad, no de las llamadas comida basura, Un lugar en el que Victor y Rocío cuidaban a sus clientes, les daban consejos y un espacio para disponer de una parada tranquila en la vorágine de la noche.
Por desgracia, no es el único negocio de hostelería ni la única tienda que cierra en León. El pequeño comercio sobrevive a duras penas en un espacio compartido con las tiendas de las multinacionales, que ni son sostenibles, ni cercanas, ni muchas veces éticas. La situación de crisis planetaria que estamos viviendo ha sido la puntilla para muchas de esas pequeñas tiendas familiares, para esos pequeños negocios que comenzaron llenos de ilusión y esfuerzo.
En los meses que ha durado el confinamiento por la crisis originada por la Covid-19, hemos tenido tiempo de pararnos a pensar en el modelo de vida que llevamos. Ha llegado el momento de reflexionar de manera colectiva qué tipo de barrio, de ciudad y de sociedad queremos. Las relaciones vecinales, la movilidad y accesibilidad, la atención a las personas desfavorecidas, la escucha a las personas ancianas, los espacios para descansar, disfrutar y jugar, y también nuestro consumo, dónde y cómo lo hacemos.
Una tienda de barrio hace barrio. No es una frase hecha, ni un eslogan. El pequeño comercio fortalece el barrio, en sus relaciones y cercanía, con una mejor atención a la clientela y mayor confianza en la compra; sin necesidad de utilizar el coche particular ni de hacer un gran trayecto para comprar; fomenta el conocimiento de las personas y las propias circunstancias de cada persona y también la solidaridad; las personas mayores son bien atendidas y tenidas en cuenta; y nos interpela constantemente en el consumo que realizamos, en dónde gastamos el dinero, incluso en el origen del propio producto. Porque apelamos y defendemos el consumo responsable, con nosotras y nosotros y con el planeta.
En ALECO tenemos claro que nuestras compras las queremos hacer en el barrio, en la plaza, con verduras y productos de los alrededores, en las pequeñas tiendas de siempre y en los nuevos comercios de gente joven y emprendedora que ha apostado por el barrio.
Son muchas las reflexiones necesarias y las ideas para hacer de León, barrio a barrio una ciudad más viva, que vaya despertando poco a poco. Tenemos la oportunidad de aprovechar este parón para hacer la ciudad y el barrio que queremos entre todas y todos, los que llevan toda la vida viviendo aquí y las personas que llegan renovando la ilusión de la ciudad. Porque queremos seguir pensando y viviendo en León. Es momento de apostar por el barrio, por la ciudad, por las personas que forman cada calle, plaza, negocio, juntos podemos hacer que las cosas sean diferentes y que jóvenes como Rocio y Victor puedan poner en marcha su proyecto de vida, sin miedo, con confianza.
Desde Aleco, os invitamos a formar parte del cambio.
