Critican el Plan de movilidad impuesto en la capital leonesa

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El pasado mes de mayo, el alcalde de León, José Antonio Diez, anunciaba un plan con “importantes cambios en la movilidad de la ciudad”. Lo que quizás los leoneses desconocían es que iba a sembrar las calles de la ciudad de unos bolardos verdes en mitad de las calzadas que ayer se ‘comían’ los conductores ante la falta de visibilidad (puestos por la mañana, en el suelo por la tarde). No solo eso, los cojines berlineses de La Corredera se han convertido en cuchillos afilados para las ruedas de los vehículos, mientras que los itinerarios de las zonas 20 y 30 son un dislate que hasta impiden en algunas vías el cambio de dirección obligando a los conductores a atravesar líneas continuas.

Las redes sociales se convertían ayer en un hervidero de comentarios y ‘memes’ sobre la última ocurrencia del alcalde, José Antonio Diez: sembrar las calles de León de una especie de bolardos para separar la calzada en dos que, en algunos casos, duraron erectos unos minutos.

Cuando el pasado 7 de mayo Diez anunció un plan para conseguir “importantes cambios en la movilidad de la ciudad para recuperar espacio peatonal, mejorar el distanciamiento social y abrir más huecos a la actividad económica, ejes imprescindibles para la reactivación de la ciudad en el nuevo escenario” nadie pensó en que circular por la ciudad de León se iba a convertir en una carrera de obstáculos que, en muchos casos, tendría la meta en el taller de chapa y pintura.

Diez explicaba entonces que estaban trabajando para adaptar las nuevas necesidades al diseño de la ciudad con el objetivo fundamental de conciliar la seguridad sanitaria de la ciudadanía, la seguridad en la movilidad y la actividad hostelera, comercial y turística con criterios de sostenibilidad pero también de facilidad y rapidez para ejecutar las medidas; “dichas medidas afectarán claramente a todos los modos de movilidad existente, estableciendo un antes y un después en relación a las estrategias de dimensionamiento y reparto del espacio público utilizado hasta ahora”.

Para el Partido Popular, es cierto que la gestión del alcalde Diez ha supuesto un antes y un después para la ciudad. “Un antes y después que con las prisas, la imprecisión y las chapuzas del equipo de gobierno han convertido a León en una ciudad intrasitable. Desde los 500.000 euros para pintar Ordoño hasta la ‘ridiculez’ de los bolardos, los cojines berlineses cortados y afilados como cuchillas, los cruces del Paseo Salamanca o Guzmán impidiendo los giros a la derecha, o el cierre del centro los fines de semana con las consecuencias que está teniendo para la hostelería”. Un antes y un después, efectivamente.