Cruz Roja se suma al Día Internacional de los Montes

Cruz Roja siembra el futuro: el cuidado del medio ambiente, clave para el empleo verde y la repoblación

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Del 4 al 12 de diciembre, Cruz Roja participa por tercera vez en el año en el proyecto Libera, promovido por SEO/BirdLife en alianza con Ecoembes, que tras retirar la basuraleza de espacios naturales como ríos, embalses y pantanos a principios de año, playas y mares después del verano, se centra en la limpieza de bosques, campo y montes en el marco de la conmemoración del Día Internacional de Los Montes. Las fuentes terrestres de basura aportan el 80% a la basura marina, ya sea a través de la agricultura, la ganadería, el turismo, el deporte, o el hecho de vivir en estos espacios. Más allá de dejar la naturaleza libre de basura, el objetivo de la campaña es conocer el tipo de basuraleza que existe y llevar a cabo actuaciones de conciencia y sensibilización hacia la población en general.

Más allá de este cuidado minucioso del entorno, Cruz Roja se encuentra ya completamente inmersa en el camino hacia la neutralidad climática, a la que se pretende llegar antes de 2030. A la sustitución de la flota de vehículos por otros menos contaminantes, la construcción de sedes sostenibles (como su asamblea de Alcorcón, completamente eficiente), o la medición de su huella de carbono, ahora se suman medidas de compensación de las emisiones con acciones de reforestación, “no estamos simplemente plantando; estamos sembrando para el futuro”, señala Pedro Recio, referente del área de Medio Ambiente de Cruz Roja en Castilla y León.

El plan CO(MPENSA)2

La estrategia de Medio Ambiente de Cruz Roja sigue 3 pasos: “calcular nuestras emisiones, reducirlas al mínimo, y compensar lo que no podamos reducir”, especifica Pedro Recio. Aquella huella de carbono que es inevitable generar por la actividad de la organización, será compensada a través de tres vertientes: el desarrollo de acciones de mitigación del cambio climático, la lucha contra la pobreza energética, con familias en situación de vulnerabilidad que son las que más lo sufren; y la absorción de emisiones a través de la reforestación.

Es precisamente en estos momentos cuando han comenzado las reforestaciones en zonas como Castilla y León, donde ya se plantan más de 26.000 árboles para compensar. Esta iniciativa se hace en colaboración con la Consejería de Fomento y Medio Ambiente de la Junta de Castilla y León y el Consejo de la Juventud de Castilla y León. La reforestación se está llevando a cabo con especies autóctonas como pinos piñoneros, robles, encinas y espino albar, llegando a ocupar un total de 32,57 hectáreas. El objetivo es compensar, a nivel nacional, las 15.086,06 toneladas de CO2 emitidas por la organización, según la huella de carbono calculada y certificada por Applus.

En 2020, desde que comenzó esta estrategia ya se han logrado reducir en 7.691 toneladas métricas la huella, lo que supone una disminución del 40%, “aunque el 2020 fue un año especial debido a la pandemia, gran parte de esta reducción se debe al consumo de energías limpias, y a la mejora de la eficiencia de nuestras instalaciones”, subraya Jesús Ayala, técnico de Servicios Generales de Cruz Roja.

Además de la compensación de la huella de carbono, Cruz Roja lleva estas reforestaciones a un nivel más alto de impacto en la sociedad: Busca la recuperación de la biodiversidad, promoviendo la supervivencia de las especies autóctonas y el asentamiento de las desaparecidas en la zona. Fomenta el empleo verde, favoreciendo el asentamiento de población en zonas despobladas a medio y largo plazo. Promueve la recuperación de espacios tradicionales, como sendas, coladas o cañadas que también absorben el CO2, lo que mejora la respiración, reduce el efecto invernadero y evitan desastres naturales provocados por la desertización del suelo. Crea entornos más saludables para la población que vive alrededor, consecuencia de la mejora del aire y la creación de espacios recreativos. Genera conocimiento ligado a las experiencias locales, ya que los bosques, los animales y las plantas son un conjunto de sabiduría a aprender y valorar a cualquier edad, promoviendo así la endocultura o cultura local, que fomenta los espacios de intercambio intergeneracional de conocimiento, y favorece las relaciones sociales. Impulsa el ecoturismo, una opción saludable para familias o grupos que se quieran mantener en contacto con la naturaleza como fuente de ocio que une, incluso para visitar reforestaciones en las que participen en estos días y visiten en el futuro. Y, por último, crea agentes en la lucha contra el cambio climático, ya que la población se sensibiliza sobre la importancia del respeto al medio ambiente y su entorno. “Tenemos que encontrar soluciones basadas en la naturaleza, que nos ayuden a reducir los efectos del cambio climático”, incide en ello Pedro Recio.

El día a día de millones de personas está en juego. El mandato humanitario de Cruz Roja impulsa a que se haga un uso eficiente de los recursos naturales, incluyendo la energía. El cambio climático perjudica a los colectivos más vulnerables, que irónicamente son quienes menos contribuyen al mismo por su propia falta de recursos. Contrarrestar las emisiones de dióxido de carbono y gases de efecto invernadero a través de la reforestación, aprovechando la capacidad fotosintética de las plantas para absorber el CO2 de la atmósfera, es ya una realidad para Cruz Roja.