David Colinas muestra su arte en la Casa de Cultura de Villablino

Bajo el título de 'Automatismo gesticulante', esta exposición organizada por el ILC supone el reencuentro con su provincia natal de uno de los creadores que formó parte del grupo artístico más activo en León durante los años noventa

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La potencia visual que caracteriza a las obras del artista David Colinas (León, 1962) ya puede disfrutarse en la Casa de Cultura de Villablino gracias al programa de difusión de muestras itinerantes diseñada por el Departamento de Arte y Exposiciones del Instituto Leonés de Cultura (ILC) de la Diputación provincial.

La exposición inaugurada en la capital lacianiega, titulada ‘Automatismo gesticulante’, recoge veinte obras muy representativas de la última etapa creativa de un artista que, como asegura Luis García Martínez, director de Arte y Exposiciones del ILC, «parte de una tremenda deformación gesticular y violenta de lo que en el origen de su trayectoria eran figuraciones expresionistas, basadas en el esquematismo de la línea pero con una gran distorsión. El golpe del pincel o el trazo es inmediato, irracional y compulsivo, y se apodera plenamente de la composición, que de ese modo se convierte en primitiva y convulsa, y con una enorme carga expresiva».

Nacido en la capital leonesa, David Colinas estudió Ciencias de la Información, rama de Publicidad, en la Universidad Complutense de Madrid. En los años ochenta expuso en cafés y galerías alternativas de León, Madrid y Sevilla, y su primera experiencia internacional le llegó con la participación en la feria Kunstrai, en Ámsterdam, de la mano de la galería leonesa Sardón. Mantuvo siempre fuertes vínculos con su tierra, donde recalaba frecuentemente a pesar de residir habitualmente fuera; por lo tanto, de una manera u otra siempre ha formado parte del ambiente creativo y cultural de la ciudad, relacionándose con artistas como Amancio González, Miguel Ángel Febrero o Miguel Escanciano.

En Madrid emprendió diversas aventuras empresariales y creativas, dedicándose a la producción publicitaria pero también exponiendo sus obras en diversas ciudades españolas. En plena crisis de los noventa, Colinas decide dedicarse por entero a la pintura, así que monta su propio estudio y ficha por la galería sevillana Isabel Ignacio, con la que participará en ferias nacionales e internacionales. Tras una etapa de regreso a su provincia natal, vuelve a Madrid e inicia una larga temporada de silencio artístico. Pero, como mismo él dice, “el arte se lleva dentro y nunca muere”. Hace unos años el destino le llevó a Cádiz, donde reside en la actualidad y donde se gana la vida en el campo del turismo. Con una situación económica más desahogada, y tiempo para pintar, ha montado estudio en Vejer de la Frontera. “Estoy viviendo una nueva etapa muy interesante, muy tranquila y con muchas ganas de pintar. Ahora ya sin agobios”, comenta, feliz de regresar con una nueva exposición a su tierra después de muchos años.

«Sin duda estamos ante una aportación al programa de exposiciones itinerantes de gran interés, puesto que supone el reencuentro con su tierra de uno de los artistas que formó parte del colectivo más activo en León durante los años noventa, donde también estaban Amancio González y Febrero», apuntó Luis García.

Además del director de Arte y Exposiciones del ILC, la inauguración contó con la presencia de los concejales del Ayuntamiento de Villablino Ángel Gutiérrez Blanco (Turismo y Medio Ambiente) y José Luis Real Saavedra (Cultura y Deportes). La exposición podrá verse durante dos meses en la Casa de Cultura de Villablino.