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En general, durante el año 2020, se ha producido un descenso del número de personas que solicitan ser atendidas por primera vez. Esto es debido, en gran parte, por las restricciones del COVID-19. Este descenso se ha observado principalmente en los programas de evaluación y diagnóstico, tratamiento residencial, juego patológico e inserción socio-laboral. La disminución de personas en tratamiento se viene observando durante los últimos años, pero ha sido en el 2020 cuando se ha producido la bajada más significativa.
Sin embargo, en el programa de prevención indicada la bajada ha sido menos acusada. En cuanto a los programas más afectados por la pandemia han sido: el tratamiento en prisión, ya que no se podía acceder al Centro Penitenciario, y la Comunidad Terapéutica, ya que no hubo nuevos ingresos. Con respecto a las personas que se encontraban ya en tratamiento residencial se mantuvieron durante el confinamiento en sus domicilios.
Respecto a inserción sociolaboral, aunque durante el 2020 sufrió un claro descenso provocado por la situación nacional, cabe destacar que tras la pandemia fue significativo el número de personas que encontraron trabajo, tanto jóvenes como adultos, a diferencia de lo que ocurrió a nivel nacional. El programa de tratamiento de sustancias ambulatorio y las personas jóvenes en tratamiento: Intervención Temprana y S-kápate se han mantenido en los mismos niveles que los años previos. También se han mantenido las cifras del programa PRIA-MA que trabaja con agresores de violencia de género y las personas que acuden a cumplir Trabajos en Beneficio de la Comunidad.
Se ha venido observando durante los últimos años un ligero aumento de mujeres en algunos programas como en el: tratamiento ambulatorio de drogas, juego patológico y tratamiento residencial entre otros. Aun así, continúa siendo mayor el porcentaje de mujeres jóvenes en los programas tanto de prevención (programa Indícale) como de tratamiento (Intervención Temprana y S-kápate).
Cabe destacar que el perfil del varón atendido, es el de una persona policonsumidora cuya principal sustancia problemática es la cocaína, seguida del alcohol, y que posee empleo. En el caso de las mujeres ocurre al contrario con respecto a las sustancias, la principal es el alcohol y la cocaína la segunda.
