Un día para dar visibilidad a las personas cooperantes

El 8 de septiembre se reconoce a las personas que desarrollan una labor humanitaria y que luchan contra la pobreza y las desigualdades a lo largo del planeta.

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Imagen: S.Arén

Ahora León / Noticias de León / ONGD

La celebración del Día de las personas Cooperantes cada 8 de septiembre tiene como objetivo el reconocimiento público de la labor de los profesionales de la cooperación, y la difusión de los valores que representan en la lucha por la erradicación de la pobreza.  Se trata de una celebración de carácter anual desde que, en 2006, se estableciera esta fecha por Real Decreto, y naciera así el Estatuto del Cooperante, coincidiendo con el sexto aniversario de la firma de la Declaración del Milenio.

En esta fecha se quiere poner de relieve la situación de las personas que desempeñan su labor en este sector. Reconocer su esfuerzo por combatir la pobreza, en una de las épocas de mayor crisis humanitaria de la historia. Es sobre todo una fecha para visibilizar a miles de hombres y mujeres que aportan lo mejor de sí mismos, su cualificación, su experiencia y vocación. Profesionales que trabajan en sectores de cooperación que abarcan, desde el desarrollo económico y la gobernabilidad democrática, hasta la acción humanitaria, pasando por el trabajo en servicios básicos como salud, educación y seguridad alimentaria, agua y saneamiento, medio ambiente, cultura para el desarrollo, etc. personas que desarrollan una labor humanitaria y luchan contra la pobreza y las desigualdades que sufren amplios sectores de la humanidad.

Según datos de la Coordinadora Estatal de ONGD, nuestras organizaciones cuentan con 600 personas cooperantes que trabajan en más de 100 países junto a más de 4.000 trabajadoras y trabajadores locales. Aquí es donde su labor tiene mayor sentido, acompañando los procesos que lideran quienes viven en primera persona las acciones en defensa de los Derechos Humanos y la protección del planeta entre otras.

Actualmente el cambio climático, la desigualdad, la vulneración de los derechos humanos, los conflictos de todo tipo,… están poniendo en riesgo la vida de millones de personas y la existencia del planeta tal y como lo conocemos. En estos casos, el papel de la cooperación es fundamental para mejorar las condiciones de vida de las poblaciones afectadas y se debe concretar en medidas reales derivadas de la Agenda 2030 que asumieron todos los Estados. La labor de las personas cooperantes, tanto en el terreno como en el regreso a nuestro país es de lucha por la justicia social y trabajo por los derechos de las personas más vulnerables, favoreciendo el diálogo y el encuentro desde el respeto y una perspectiva de igualdad