Dieta, sobrepeso y Covid-19

Estamos acostumbrados cuando iniciamos una “dieta” a la pregunta incómoda ¿cuántos kg has perdido? Al responder un número, asombro (todos quieren el teléfono de tu dietista mágica) o pena, “eso es muy poco”.

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Ahora León / Noticias de León / Salud /Elena P. Rueda

La semana pasada aproveché para daros algunos consejos sobre alimentación para aquellos que enfermos  de COVID19, pasan la cuarentena en su casa.

Ahora es bueno hacer un repaso  a la forma de alimentarnos, comprender su influencia en la severidad del proceso. Me gusta aconsejar, sobre aquello qué está en nuestra mano realizar.  Aún nos falta mucho por conocer el virus, necesitamos  tiempo para estudios que aporten información sólida, por lo cual necesitamos ahora,  utilizar los conocimientos disponibles, y desde ellos decidir para actuar.

Responder  dos preguntas básicas,  nos da pistas esclarecedoras. ¿Qué está pasando?, ¿Cuál es el objetivo? El objetivo es claro, mantenernos saludables, y en caso de enfermar que sea de forma leve  con una rápida y total recuperación.

Por lo que sabemos hasta ahora, el virus actúa sobre la sangre, aumentando la coagulación, también parece que lo hace sobre la pared de los vasos sanguíneos, originando una respuesta defensiva inflamatoria brutal. A partir de aquí se inician todos los efectos observados, siendo  la acción sobre el pulmón consecuencia de ello.

¿Cómo lo relacionamos  con el sobrepeso y la obesidad?, sencillo. Todos los estudios conocidos de obesidad, apuntan a una situación  inflamatoria de bajo grado en las personas que padecen los obesos. La situación deriva  de las acciones de los acúmulos de grasa sobre su organismo, más importante según leo, de aquella proveniente  de nuestra en la grasa visceral. No está el peligro tanto en  la lorza que cogemos externamente con los dedos, si no de  aquella que se sitúa en el interior de nuestro abdomen. Esa que al acumularse,  nos hace parecer embarazados. Seguro que a muchos os resultan familiares esas barrigas duras, preferentemente masculinas que vemos en la calle.

Los efectos de esta grasa son muy peligrosos, liberarse de ella es fundamental en nuestro objetivo de bienestar,  así de esta manera reducir el estado inflamatorio generalizado que  padece la persona obesa. Además de revertir  los  efectos sobre de nuestros órganos como hígado, páncreas…e incluso  afecta a nuestro cerebro

Esa inflamación es un proceso complejo, en el cuál lo importante es tener muy claro que adelgazar no es una cuestión de kilos a cualquier precio, si no de kg de grasa perdidos de las zonas en las que es más peligrosa dicha grasa,  el interior de nuestro abdomen. La medida  para determinar el éxito del  adelgazamiento es el perímetro de nuestra cintura. Siempre que unes cambios de alimentación y  ejercicio de fuerza bien pautado por un profesional,  a tu proceso de adelgazamiento, vez que en la báscula el peso baja poco, sin embargo tu cuerpo se remodela, pierde  volumen, sobre todo vuelves a lucir cintura.

Estamos acostumbrados cuando iniciamos una “dieta” a la pregunta incómoda ¿cuántos kg has perdido? Al responder un número, asombro (todos quieren el teléfono de tu dietista mágica) o pena, “eso es muy poco”. Olvidamos lo evidente, esto es un proceso de reducción de grasa corporal para nuestra salud y bienestar, no una carrera. Un proceso que supone instaurar nuevos hábitos  de alimentación para siempre, los cuáles precisan, ensayo y repetición para que queden fijados en nuestra forma de  vida

Adelgazar con una dieta coherente a nuestra cultura, utilizando alimentos de estación propios de tu entorno. Con menús coherentes con la situación geográfica y climática en la que vives. Es evidente que no se come lo mismo en León en Febrero, que en Sevilla en Julio. Porque se trata de comer sano, sabroso y saludable, con alimentos adaptados a nuestra economía doméstica.

Aprender a comer bien para siempre, exige tu participación  e implicación. Tu Dietista o Dietista Nutricionista, no son los magos rebanadores de lorzas, nosotros, te proponemos pautas coherentes y sensatas, hacerlas o no, es tu decisión. No me vale “es que si no adelgazo, no me motivo”, ¿qué vas a hacer tú  para conseguir adelgazar?

No es necesario, ni imprescindible  llenar tu cesta de tofú, aguacate, chía o productos novedosos, para estar sano y bien alimentado. Buscando en nuestra tradición, reinventándola para adaptarla al hoy, un hoy que incluye la época económica que se avecina. Porque ahora más que nunca, en un país con recursos públicos menguados, el autocuidado desde la alimentación, es nuestro mejor seguro de salud.

¿Te apuntas a la buena alimentación basada en nuestra cultura y tradición?

Elena P. Rueda  Lda. en Veterinaria y Dietista