Ahora León / Noticias de León / Salud / Dr, Jorge Gutiérrez
Mi experiencia en el tratamiento del dolor crónico arrancó hace ahora 10 años. Tras varios años dedicado a la medicina de Familia y a la anestesia me propusieron sustituir a una persona que se jubilaba en la unidad del dolor del Hospital de León.
Los comienzos fueron duros como suele suceder, la falta de conocimientos y de medios apropiados hicieron que los primeros años nos dedicáramos a recetar muchos medicamentos y a realizar algunas infiltraciones sencillas con el fin de poder suministrar alivio a los pacientes que acudían a la unidad. Estos pacientes iban cambiando de tal forma que ya no eran mayoritariamente pacientes con cáncer sino que iba aumentando el porcentaje de enfermos con dolor crónico “benigno” que se atendían en estas unidades como los enfermos con fibromialgia, artrosis, ciáticas, neuralgias etc.
Nos fuimos formando progresivamente mediante la lectura de libros y la asistencia a cursos y congresos de la Sociedad Española del Dolor. Fuimos adquiriendo destreza en técnicas modernas como la lesión de nervios mediante radiofrecuencia o el manejo de la ecografía para acceder a tejidos profundos.
Mas adelante aprendimos también como se realizaban las modernas técnicas quirúrgicas de implante de dispositivos avanzados para control del dolor como las bombas de infusión de Morfina y los electrodos de estimulación medular.
Pero en mi cabeza sentía que algo faltaba. Todos estos adelantos tecnológicos eran efectivos durante un tiempo mas o menos largo dependiendo de cada caso, pero me llamaba la atención el hecho de que no conseguíamos curar a la mayoría de nuestros pacientes, sino solo aliviarles temporalmente.
Comenzé a buscar respuestas en otras fuentes menos “oficiales”. Descubrí la terapia neural, una práctica médica alejada de los hospitales pero con mucho seguimiento en consultas privadas y una antigüedad de casi 100 años, desde su origen en Alemania a principios del siglo XX. Pude comprobar su eficacia en cursos y consultas de médicos particulares tanto de España como en el exterior.
Mas adelante comencé a consultar libros antiguos de Medicina Natural en los que me sorprendí al descubrir los conceptos antiguos sobre salud y enfermedad tan valiosos para comprender que el estado natural del ser humano debería ser la salud y si esta no se produce debe haber sin duda unas causas que lo expliquen. Gracias a ello desterré de mi mente la idea equivocada que se acepta hoy en día sobre que determinados padecimientos como la obesidad, la artritis o los dolores crónicos son incurables.
También tomé conciencia de la importancia de factores clave para mantener la salud como una alimentación sana, la práctica de ejercicio, la ausencia de estrés y el contacto con la naturaleza.
Mi último descubrimiento y uno de los que mas me apasiona es la medicina Psicosomática o medicina mente-cuerpo, un conocimiento vital para comprender determinados trastornos crónicos. Se trata de un arte muy difícil de aprender y sobre todo de hacer entender al paciente. Se trata de aceptar que determinados síntomas físicos como dolores crónicos, inflamaciones, alteraciones funcionales como gastritis o diarreas o incluso psíquicos como depresiones o trastornos alimentarios son provocados por la presencia de emociones desagradables en nuestro cerebro inconsciente, estos emociones son dolorosas y nuestro cerebro consciente las reprime constantemente hasta que sobrepasan nuestros umbrales de tolerancia y son transformadas en síntomas físicos con el objetivo de aliviar la tensión en el cerebro.
Para entendernos, el dolor físico se tolera mejor que el sufrimiento psíquico.
Hoy en día continúo atendiendo a pacientes con dolor y patologías crónicas en mi consulta privada en el hospital de la regla, intento utilizar mis conocimientos para ayudar al paciente según lo que éste requiera en cada momento. Unas veces estará mas necesitado de medidas físicas como infiltraciones o fármacos y en otras ocasiones habrá que profundizar mas en su mente para descifrar los causas primarias o fundamentales de sus padecimientos, todo ello sin olvidar los conocimientos que me ha aportado la medicina durante todos estos años.
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