El Wingwalking aterriza en León de la mano de Ainhoa Sánchez

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P- ¿Por qué te iniciaste en éste mundo tan apasionado?

En el año 2011, como cada año, diseñé el calendario corporativo del 2012, para la empresa para en la que trabajo, Ingeniería Semasa. Elegí como tema una mezcla de todo aquello que me apasionara: el circo, la danza y los aviones clásicos. Era un tema que todavía no había tocado y tenía ganas de ver que saldría de aquello. Tengo una mente creativa e inquieta y deseaba ver como la aviación podía ser de esta misma manera plasmada en un calendario.

Aunque ya sabía de la existencia de los circos aéreos desde hacía algunos años, hacer «2012, The Wingwalking Calendar» marcó la diferencia. Buscando material gráfico, encontré unas fotos increíbles de una wingwalker en California vestida con unas zapatillas de ballet y un tutú. Ella se llamaba Margaret. Contacté con ella para pedirle el permiso del uso. Conectamos perfectamente desde el principio, éramos muy similares. Con el tiempo se convirtió en mi mentora e instructora «online». Ella me inspiró a bailar encima de las alas de un biplano y yo quería seguir sus pasos.

Una vez publicado el calendario, le envié algunas copias a Margi y le encantaron.  Decidí que era hora de experimentar todo lo que había en mi calendario y le pregunté donde podría probar el wingwalking. Experimentar las aventuras de los aeronautas del pasado era un reto e inspiración para mi. Ella me indicó que en el Reino Unido era posible dar un paseo en las alas de un avión. Me facilitó algunas referencias para probar el wingwalking y en mayo del 2013 me fui de vacaciones a Inglaterra y me di un paseo en las alas de un biplano Boeing Stearman.¡¡¡Aquello fue increíble y me cambió la vida!!!….tanto tiempo visualizando como sería y me pareció como si lo hubiera hecho toda la vida, fue natural. Fui buscando una experiencia pero volví a España con algo más: ¡un puesto en las alas!. Mike Dentith, el piloto, buscaba a una wingwalker y me ofreció unirme a su compañía para hacer un festival aéreo en Irlanda del Norte. Acepté con gran entusiasmo. Ese tipo de ofertas no pueden rechazarse. No podía creerme que me ofreciera un trabajo. Eso sólo pasa una vez en la vida.

En agosto de ese mismo año y previamente después de haber recibido un curso de formación con una la experimentada wingwalker británica, debuté junto a los Red Arrows en la localidad de Portrush en Irlanda del Norte. Aquello fue la experiencia  que cambió mi rumbo.

P- ¿Quién / qué fue tu inspiración? Algunos medios dicen que te llamó la atención cuando diseñabas los calendarios de tu empresa para el año 2012 y que la temática fue el “Wingwalking”.

La inspiración viene de muchos lugares a la vez. Me encantaba la idea de poder realizar una profesión aeronáutica tan creativa del pasado. Me inspiré en una foto de una de mis mentoras en California y decidí que aprendería a hacer lo mismo que ella. Practicar movimientos de danza en un medio tan hostil es surrealista.

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P- ¿Desde el comienzo te apoyaron tu familia y amigos o al comienzo tenían miedo?

Para ellos fue complicado asumir que me quería dedicar a esto. Sobre todo al principio porque no conocen la absolutamente nada de actividad. Mis padres no vinieron a verme a mi debut en Irlanda del Norte. Comprendo su preocupación y lo pasan muy mal mientras vuelo. Una vez que se han familiarizado están algo más tranquilos y ahora están orgullosos de lo que he conseguido yo sola.

 P- ¿Qué es realmente ser una chica “wingwalker”?

Un wingwalker es un tipo de acróbata que va situado fuera de la cabina de un biplano, situándose en distintas partes de este, mientras el piloto vuela el avión en determinadas maneras, completando una rutina establecida. Puede ser acrobática, o en “utility” (vuelo recto) o ambos tipos.

P- ¿Cómo fue tu primer debut en agosto de 2013 en N.I International Airshow celebrado en Portrush (Irlanda del Norte). ¿Qué sentiste?

Fue muy complicado volar allí por las condiciones meteorológicas. No fue agradable     porque hacía frío, pero estaba tan feliz por haber logrado algo tan imposible que me daba lo mismo. Lo primero que se siente es una gran responsabilidad y respeto por lo que se hace. Es algo que no se puede explicar con palabras porque se siente de todo. Es tan increíble que no quieres que se acaba nunca.

P- ¿Cómo te impactó aquel e-mail cuando te ofrecían ser realmente “Wingwalker” en Inglaterra? ¿Cómo fueron tus comienzos en Inglaterra?

Cuando recibí el email de mi piloto pidiéndome que trabajara para su compañía, no me lo creía. ¡Fue surrealista! Estuve como una hora llorando de alegría y luego pensé en que tenía que ir lo más preparada posible. Era extraño porque aunque me fuera a formar en Inglaterra quería llevar “algo hecho de casa” y eso es complicado porque no venden manuales de cómo ser wingwalker. Recuerdo con gran cariño mis primeros días en Inglaterra. Absorbía como una esponja cada nuevo conocimiento.

P- Tu mentora es la norteamericana Margaret Stivers, ¿Qué destacarías de ella?

Margi lo es todo para mi, porque fue la persona que me introdujo en este mundo tan mágico. Ella tiene un corazón enorme, es muy sincera y tiene muchos talentos como la pintura. Es una gran profesional y me ha dejado su legado porque ella ha dejado ya de volar.

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P- Si el wingwalker es una mezcla de danza clásica, pilates y circo, donde además hay que subirse a un avión, ¿Cómo te entrenas? ¿Son muy duros los entrenamientos físicos en tierra?

Cada wingwalker tiene un estilo, no todos somos iguales no hacemos lo mismo. El wingwalking es circo aéreo realmente y yo soy bailarina de ballet clásico así que aplico eso mismo encima de unas alas. Por supuesto que la parte física es fundamental porque exige mucho físicamente. Practico danza clásica y cuando me queda tiempo algo de circo y pilates.

P- ¿Qué tienes en tu mente cuando estás surcando los cielos en diferentes países?

Disfrutar al máximo con lo que hago. Cada vuelo es un regalo de la vida.

P- ¿Tienes algún amuleto de la suerte antes de volar?

No tengo amuletos, pero me gusta besar con el lomo del avión con barra de labios roja cuando termino cada show. Mike nunca borra ese tatuaje.

P- El pasado fin de semana* volaste en España por primera vez, más concretamente en el nuevo aeródromo de “Los Oteros” como fue la experiencia?

El pasado 10 de octubre fue mi debut en España y el primer vuelo de una wingwalker profesional española. Imagínate que se siente al conseguir un sueño y que tu gente lo pueda ver. Eso no hay palabras que lo describan.

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P- ¿Cómo y dónde se puede formar una persona que quiera practicar el wingwalking?

No hay escuelas. Se hace mediante un mentor que piensa que eres el candidato ideal.

P- ¿Tienes intención de formar una academia? ¿Sería en Bilbao, tu ciudad natal?

De este tipo de actividades no se suele hacer una academia, no son clases de inglés. Juegas con muchas variables, además que mi pretensión es introducirlo en nuestro país, poder participar en distintos festivales aéreos y mantener viva una profesión casi en peligro de extinción.

P- ¿Qué es para ti la fundación Infante de Orleans?

La Fundación Infante de Orleans (FIO), es una magnífica colección de aviones históricos en vuelo, situado en el aeropuerto de Cuatro Vientos, Madrid. Cuentan con más de veinticinco años de experiencia y con más de cuarenta aeronaves. La FIO, está formada por un grupo de grandes profesionales totalmente implicados en la causa, defensores y amantes de la aviación española. Los admiro mucho porque han conseguido algo increíble. Recomiendo a la gente que se haga socia de la FIO para preservarla. Por una pequeña cantidad pueden hacer algo muy grande. Todos los domingos principios de mes hacen una exhibición aérea.  Para más información pueden ir a la web de la fundación www.fio.es.