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Después de casi dos años se han celebrado las primeras pruebas de la Copa del Mundo de Descenso de Aguas Bravas que han tenido lugar en la ciudad bosnia de Banja Luka, en el cañón del río Vrbas.
El piragüista leonés participó en tres pruebas, las dos primeras bajo la modalidad de sprint, la primera más técnica y corta y la segunda de inferior dificultad, pero más física. La tercera prueba era un descenso clásico de 4’7km.
Guillermo llegó con el tiempo justo y sólo dos días para entrenar. Por eso su planteamiento era priorizar la prueba clásica, su especialidad, y dar menos importancia a las pruebas de sprint.
En la primera prueba de sprint, disputado el primer día, consiguió el 22º puesto en la primera manga y un 30º en la segunda quedando fuera de la final.
Al día siguiente, en la segunda prueba, Guillermo se hizo con el 11ª puesto en la primera manga y 17ª en la segunda manga, quedando muy cerca de la final que disputaban los 15 primeros, pero mejorando mucho sus prestaciones con respecto al día anterior.
El leonés llegaba al último día, en el que se disputaba su especialidad, la prueba clásica, con la moral alta después de su buena actuación de la jornada anterior. Era su distancia y se disputaba en el mismo río en que que había logrado ser 7º del mundo en 2016.Las sensaciones durante la carrera fueron buenas para Guillermo que terminaba con la impresión de haber dejado todo lo que tenía. Finalmente repetiría el 7 ° puesto del 2016, con unos tiempos muy ajustados, a menos de dos décimas de segundo del quinto puesto.
Esta buena actuación y la sensación de que podría incluso haber ido mejor, hacen que Guillermo vuelva con mucha motivación para afrontar el Campeonato de Europa que se disputará en Sabero del 12 al 15 de agosto.
