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La segunda ola de la pandemia de COVID-19 ha provocado el adelanto de la campaña anual de vacunación de la gripe para minimizar el impacto de la probable coexistencia de dos enfermedades con síntomas similares. En este sentido, el Hospital San Juan de Dios ha incorporado a su cartera de servicios unas pruebas rápidas que, a partir de una sola muestra de exudado nasofaríngeo, pueden determinar si un paciente ha sido infectado por el SARS-CoV-2, por el virus de la influenza o por ambos.
Este test combinado de antígenos aporta velocidad al diagnóstico. En tan solo 15 minutos el paciente obtiene un resultado positivo o negativo con una prueba que es capaz de detectar proteínas de ambos virus con una alta sensibilidad, especialmente en los primeros días en los que aparecen los síntomas.
Diferenciar ambas infecciones para determinar el manejo adecuado de cada paciente requiere de pruebas de detección, lo que puede poner aún más al límite de sus capacidades a unos laboratorios que ya trabajan a marchas forzadas.
La presencia de una coinfección, aunque poco frecuente, es posible. Ambos virus, influenza (A y B) y SARS-CoV-2, son principalmente respiratorios, por lo que su efecto combinado puede ser grave en pacientes de riesgo.
La temporada gripal llega cargada de incertidumbres. En el hemisferio sur, donde han pasado un invierno entero con ambos virus circulando, apenas ha tenido impacto. Y es que las medidas frente al COVID-19 (mascarilla, lavado de manos y distanciamiento social) han funcionado también para otros virus respiratorios.
