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Miles de bienes inmuebles (iglesias, casas curales, cementerios, fincas, etc.), con todo lo que contienen en su interior, han sido inmatriculados por la iglesia católica con el simple certificado del diocesano correspondiente sin acreditar título de propiedad, basándose primero en una normativa franquista (artículo 206 de la Ley Hipotecaria reformada por Decreto de 8 de febrero de 1946 y el 304 del Reglamento Hipotecario de 1947), y desde 1998 en un Decreto del Presidente Aznar (Real Decreto 1867/1998) para permitir la inmatriculación de templos de culto, lo que hasta entonces no era posible por su naturaleza pública y por tratarse de bienes fuera del comercio. A través de este procedimiento de muy dudosa constitucionalidad se han inmatriculado, sin aportar título alguno, miles de bienes de toda índole.
“Este expolio monumental ha sido reprobado con dureza por el Tribunal Europeo de Derechos Humanos en sentencia del 20/12/2016, declarando la nulidad de las mismas y condenando al Estado español por haberlo permitido, pero ni siquiera así se ha materializado una normativa en nuestro país que revierta las miles de inmatriculaciones realizadas por la Iglesia Católica en perjuicio de nuestros territorios”, explica la Concejala de IU, Laura Fernández. “Hablamos de bienes destinados o no a uso litúrgico, muchos de ellos construidos y restaurados con dinero público, cuya tutela cultural y patrimonial es responsabilidad pública, pero que se han registrado como propiedad de la Iglesia. Es decir, la Diócesis de León, tras inmatricular monumentos como la Catedral de León o la Basílica de San Isidoro, puede lucrarse con los accesos de visitantes o apropiándose del contenido existente, pero somos las leonesas y leoneses los que pagamos el mantenimiento y los gastos de estas propiedades.”
Desde la formación política aclaran que la mayoría de estas inmatriculaciones llevadas a cabo en la provincia fueron realizadas mediante certificación eclesiástica, eso quiere decir que su asiento se hizo posible únicamente con un documento con la fe de la autoridad eclesiástica. “Hablamos de templos destinados a culto, que suponen un bien cultural para toda la ciudadanía, pero también de otro tipo de propiedades que nada tienen que ver con el uso eclesiástico: solares, parcelas, viviendas, caminos, jardines, locales comerciales, plazas públicas… Patrimonio público del que la Iglesia se ha apropiado sin miramientos y con los que se puede producir lucro mediante su alquiler o compra, y que recordamos están exentos del pago del IBI según la Ley 49/2002 de régimen fiscal. Es escandaloso que sólo entre 1998 y 2015 se hayan inmatriculado casi 35.000 bienes y propiedades”, indica la Concejala de IU.
Por todo ello, Izquierda Unida de San Andrés pide mediante esta moción que el Ayuntamiento solicite las notas simples de las inmatriculaciones realizadas en los Registros de la propiedad de León y que se traslade la información al resto de grupos políticos y a los vecinos y vecinas del municipio. Además, se insta al Gobierno de España a que se realice la cancelación por nulidad insubsanable de todos los asientos practicados por la jerarquía católica, así como la habilitación de los mecanismos oportunos para calificar nuestro patrimonio cultural religioso de dominio público, que se establezcan los procedimientos para su catalogación y registro y que se posibilite la reclamación de la titularidad del dominio de dichos bienes por sus legítimos titulares.
“De los 35 bienes inmatriculados en San Andrés del Rabanedo sólo 4 corresponden a templos o dependencias complementarias. Las 31 restantes son parajes y fincas rústicas registradas sin mayor título que la propia certificación eclesiástica. Queremos dejar claro que el posible uso litúrgico no condiciona la propiedad, y que no es intención de IU ni de Recuperando supeditar el culto a la titularidad, pero consideramos que es de justicia que se pongan todos los medios disponibles para revertir estas apropiaciones culturales, patrimoniales y públicas independientemente del uso que se esté dando a dichas propiedades.” finaliza Laura Fernández.
