Julia Galán, la persona más retratada del mundo en vida

Hoy se inaugura en Grado la 6ª edición de Julia Galán vista por artistas del mundo. 48 nuevos retratos e interpretaciones por artistas de siete países. Proyecto abierto que ya cuenta con 242 obras. Casa de la Cultura de Grado, 30 de julio, 13:00 horas.

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Julia Galán (Grado, Asturias, 1925 – Madrid, 2018) fue la persona viva más retratada e interpretada del mundo, con 194 obras hechas por artistas de 30 países en el momento de su fallecimiento. Pocos años antes, un artículo publicado por EL PAÍS decía que la Reina Isabel II del Reino Unido era la persona viva más retratada, con 160 “y pico” retratos. Actualmente, Julia Galán cuenta con 242. Y el proceso continúa.

Los veranos de 2013 a 2017, se mostraron en Grado las obras hechas en el transcurso del año precedente, siempre con la presencia de la protagonista, que tenía 92 años cuando se hizo la última exposición. Tras el paréntesis provocado por su fallecimiento, ahora se reanuda la muestra con la 6ª edición de Julia Galán vista por artistas del mundo, que incluye 48 obras de artistas de 7 países.

Se trata de un proyecto iniciado por su hijo, Fernando Martín Galán (conocido profesionalmente por su apellido asturiano, Fernando Galán), crítico de arte y editor de una revista internacional de arte contemporáneo, en 2008, cuando dejó de viajar por ferias de arte de todo el mundo para concentrarse en el cuidado de su madre y por petición vehemente de ella: “La llamé al terminar la feria de Bogotá y antes de ir a pasar tres días en Cartagena de Indias, que no conocía. Me dijo llorando ´Ven por Dios, que te necesito más que el aire que respiro´. A la mañana siguiente estaba en Madrid dándole el desayuno; yo desayuné el brillo sonriente de sus ojos, mejor alimento que el maná bíblico”.

Julia Galán padecía un parkinsonismo (enfermedad de pequeño vaso) que hizo que ya en 2014 tuviera una incapacidad del 80%. La vida de su hijo Fernando dio un giro de 180 grados y se “limitó” a pasar todo el día y noche con su madre y en seguir trabajando en su revista por las noches: “Me acostaba a las 5 ó 6 de la mañana y luego ella era mi despertador, hacia las 11:30 ó 12. Mi vida eran ella y el arte, y la simbiosis lógica fue documentarla en obras de arte: empecé a pedir a artistas amigos que le hicieran un retrato…, y eso se hizo una bola de nieve que motivó y motiva a artistas de todo el mundo”.

Lo que empezó como algo íntimo y muy personal se convirtió en un proyecto único en el mundo: crear una colección de arte sobre la figura de la madre que abarque todos los medios y expresiones artísticas: pintura, dibujo, grabado, fotografía, escultura, vídeo, instalación, acuarela, performance, holografía, collage, arte objetual, variadas técnicas mixtas…, más algunas técnicas personales de algunos artistas. Y todo ello, desde la figuración a la abstracción y al arte conceptual. A lo que Fernando Galán añade: “Ahora estoy gestionando la participación en el proyecto de un artista de arte sonoro. El objetivo es mostrar la figura de mi madre desde todos los puntos de vista e interpretación posibles, que en la creación artística son prácticamente infinitos. De las 242 obras que ya hay, no hay dos que se parezcan”.

El objetivo último de este proyecto es crear el primer museo del mundo dedicado a la madre. Hoy en día, hay museos de todo tipo pero no se conoce ninguno sobre la figura de la madre.

Julia Galán nació y se crió en Grado, hija de un famoso alcalde de los años 20 del siglo pasado, Adolfo Galán Menéndez-Conde, natural de Pravia pero casado en Grado y cuyas raíces familiares proceden de la parroquia de San Martín de Luiña (Cudillero). En la casona familiar de la aldea de San Cosme pasó todos sus veranos hasta que, a mediados de la década de 1960, construyó su casa en la próxima de Salamir, sobre un cabo que se adentra en el Cantábrico. Mantuvo su pasión por Asturias hasta el último momento y en los últimos años raramente pasaba más de un mes seguido en Madrid sin venir a Salamir: “Dentro de los límites de su estado físico, aquí revivía como una flor mustia que se riega. Una vez, en vísperas de regresar a Madrid, el alcalde local le preguntó si tenía ganas de irse y ella respondió ´Antes al infierno´ ”, dice su hijo Fernando, que añade: “Cuando entrábamos en Asturias, nada más pasar el túnel del Negrón, siempre cantaba Asturias, patria querida, y al irnos cantaba Adiós, Asturias del alma ¿cuándo volveré a tu tierra?.  La última vez, el 23 de diciembre de 2017, qué poco imaginábamos que lo haría cinco semanas después… en una funeraria”.

Fernando Galán está en proceso de crear la Fundación Julia Galán por la Dignidad de los Ancianos, plataforma que considera decisiva para encontrar una institución, pública o privada, que dedique un edificio para albergar el museo Mater Julia Galán, que sería el primero del mundo de su género, como se ha dicho, y que acogería no sólo las 242 obras con que cuenta la colección actualmente, sino también las que siguen y seguirán haciéndose. Hasta la fecha, los artistas participantes en este proyecto son 151 y representan a 30 países. Y hay muchos famosos mundialmente que han manifestado su deseo de participar, algunos de los cuales ya están trabajando en sus obras: Bernar Venet (Francia), Jan Fabre (Bélgica), Pedro Cabrita Reis (Portugal), Concha Jerez y Juan Uslé (España)…

Entre los artistas de más renombre internacional que ya han hecho sus obras con anterioridad a las expuestas este año están Tatsumi Orimoto (Japón), artista revelación de la bienal de Venecia de 2001, con 26 fotos de un performance para cuya ejecución se trasladó desde Japón a Madrid en 2007 y que son las únicas obras que muestran a una madre distinta a la suya propia; Ola Kolehmainen (Finlandia), con una foto de gran formato que muestra a Julia Galán en la explanada del Centro Niemeyer, cedida en depósito al Museo de Bellas Artes de Asturias y única obra del artista que representa a una persona; Regina Silveira (Brasil), con una instalación basada en proyección de gobo; Mariana Vassileva (Bulgaria); Marina Núñez, Rafa Macarrón, Enrique Marty, Martín y Sicilia (España); Ákos Birkás (Hungría), ya fallecido; Grimanesa Amorós (USA); Yves Hayat (Egipto), quien incluyó a Julia en su serie Los famosos están cansados, que incluye retratos de Marilyn Monroe, Picasso, Che Gevara, Maria Callas, Woody Allen, Marlene Dietrich…;  Yvan Tuzov (Rusia); Carlos Aguirre (Méjico); Leiko Ikemura, quien, tras hacer un retrato a partir de una foto sintió la necesidad de venir a Salamir a conocer a su musa personalmente, lo que le motivó a hacer otras nueve obras  sobre ella; y un largo etc lleno de hechos muy curiosos sobre la fascinación que Julia Galán ejerció y sigue ejerciendo en artistas de todo el mundo, tanto física como espiritualmente.

Los artistas que participan en la exposición de este año son: Laurence Aegerter (Holanda), Batista (Cuba), Klaus Berends (Alemania), Pepe Buitrago, Carlos Cuenllas, Gonzalo García, Arturo Garrido, Luis Gordillo, Elena Goñi, Markus Huemer (Austria), Francesca Martí, Enrique Marty, Frank Gerritz (Alemania), Itziar Sánchez, Joaquín Sánchez (Paraguay), José Luis Serzo, Samuel Armas, Steve Schepens (Bélgica).

Frank Guerritz expone siete fotos que muestran a Julia Galán desde los 6 años (vestida de asturiana) a su ancianidad y que ha intervenido con su técnica personal a base de grafito. Francesca Martí, una de las artistas más impactadas por la musa, la representa con uno de sus famosos Dreamers en bronce, cinco fotografías de composiciones con objetos personales de Julia y el vídeo del performance Los años antes, en el que la actriz viste una chaqueta de Julia e intenta leer, con las que fueron sus gafas, el que fue su libro de cabecera, Las 1.000 mejores poesías de la lengua castellana. Markus Huemer hizo 15 imágenes digitales de sus características abstracciones, que tituló En honor de lo efímero (dedicado a Julia). El asturiano Gonzalo García presenta una escultura  de sus recurrentes pies para la que hizo un molde del propio pie de Julia unos meses antes de su fallecimiento, y que está hecho  con una de sus personalísimas fórmulas: cucho, resina y fibra de vidrio.

 Serzo intervino una silla de ruedas a la que incorporó decoraciones poéticas, un flexo y una pantallita de vídeo como las de los aviones. Gordillo interpreta a la musa con una de sus abstracciones. El joven Arturo Garrido presenta una conmovedora videoinstalación como la que le dio a conocer en ARCO 2018 (que creaba colas para verla): a través de una ventana se puede ver un primer plano de Julia en movimiento, tumbada y replicada infinitas veces por un juego de espejos mientras su hijo Fernando canta la que era su nana favorita, la asturiana Agora non; ha de verse de rodillas sobre un reclinatorio que fue suyo y la obra tiene el título de Altar para Julia . Enrique Marty hizo una escultura con el hijo, con su edad actual, a hombros de su madre, una metáfora de cómo, desde su debilidad física, continuó siendo incansable guía y apoyo moral de quien la cuidaba, Y así hasta 48 obras, en las que no hay dos parecidas, excepto en la emoción que todas irradian.