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La Diócesis de León se sumará este próximo domingo día 13 a la VI Jornada Mundial de los Pobres desde el lema “Jesucristo se hizo pobre por vosotros” y con el objetivo de concienciar a las comunidades cristianas y a toda la sociedad en los objetivos de esta cita anual convocada por el Papa Francisco. Y como prolegómeno para esta cita eclesial la Delegación diocesana de Comunión Fraterna y Cáritas Diocesana de León han convocado para mañana jueves día 10 un ‘círculo de silencio’ que se va a desarrollar a las 19 horas en la Plaza de San Isidoro y que, seguidamente, a partir de las 19:30 horas dará paso a una vigilia de oración en la Parroquia de Santa Marina.
‘CON LOS POBRES DEL MUNDO’
Según el delegado diocesano de Comunión Fraterna, Francisco José Pérez, esta sexta edición de la Jornada Mundial de los Pobres y lema ‘Jesucristo se hizo pobre por vosotros’ lanza una “llamada a la solidaridad en medio de un mundo herido por la violencia y la guerra, en medio de un mundo en el que por desgracia la pobreza es una realidad que parece que se va haciendo crónica, nos recuerda esta jornada que Jesucristo optó por ser pobre, por encarnarse en la pobreza de una familia trabajadora de Nazaret, para identificarse con los pobres del mundo y con nuestras pobrezas, y para ayudarnos a superarlas para vivir de una manera digna, que es lo que Dios quiere para todos nosotros”.
En esta Jornada Mundial de los Pobres, iniciativa del Papa Francisco que surgía el 13 de noviembre de 2016, durante la clausura del Año de la Misericordia en la celebración dedicada en aquel Jubileo a las personas marginadas, resuena la llamada del pontífice a “compartir lo poco que tenemos con quienes no tienen nada, para que ninguno sufra” de manera que desde la “experiencia de debilidad y limitación que hemos vivido en los últimos años y ahora la tragedia de la guerra” sea posible “enseñar que no estamos en el mundo para sobrevivir, sino para que a todos se les permita tener una vida digna y feliz” a partir del “mensaje de Jesús, que nos muestra el camino y nos hace descubrir que hay una pobreza que humilla y mata, y hay otra pobreza, la suya, que nos libera y nos hace felices”.
Y en ese sentido, el delegado Francisco José Pérez, apunta que “los pobres nos evangelizan porque el Evangelio viviente que tenemos en las personas necesitadas encontramos al mismo Jesucristo que sufre, al mismo Jesucristo que necesita de nosotros y que nos interpela. Y ahí las Cáritas parroquiales y la Cáritas Diocesanas son los que están más cerca de los pobres, porque nuestros voluntarios y trabajadores están en el terreno, en las parroquias, en el día a día de las personas que sufren y necesitan. Y con los medios que tenemos se da respuesta a las necesidades concretas del momento urgente y se busca también que las situaciones de pobreza que se van haciendo crónicas dejen de serlo, con la promoción de las personas en ámbitos como el del empleo para dignificar a las personas para que todos tengan lo necesario, no desde la beneficencias, sino desde la justicia para colaborar a este mundo que Dios quiere que sea un mundo mejor”.
