La Doble Crisis ha empeorado notablemente las condiciones de vida de los millennial en el sur de Europa a nivel socioeconómico, algo que no ha sucedido en países como Alemania, Francia o Suecia

• Tanto los ingresos como nivel de empleo medio se alcanzan en el sur de Europa a los 30 años en la generación poscrisis, retrasando casi 10 años su desarrollo vital

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“España ha perdido 20 años de crecimiento. En solo 3 meses hemos retrocedido lo que habíamos avanzado en estas dos décadas”. Así lo reflejan el estudio La generación de la doble crisis. Inseguridad económica y actitudes políticas en el Sur de Europa’ y el documental presentado por la Fundación Friedrich Naumann por la Libertad y EsadeEcPol, enmarcado en la campaña Generación Doble Crisis y que realiza una radiografía de la situación socioeconómica de la generación millennial o Y en el sur de Europa.

En este estudio se deja patente que la generación millennial -los nacidos entre el 1985 y 95- es una de las más perjudicadas, ya que es la primera que ha vivido dos crisis profundas en mucho tiempo, dejando un futuro incierto a los jóvenes. Así, se han encontrado con un gran desempleo y una falta de políticas públicas que sostuvieran sus necesidades. “En cuanto los jóvenes empezaban a recuperar su posición en el mercado de trabajo se enfrentan de nuevo a otra crisis” especifica David Henneberger, director de la oficina de Madrid de la Fundación alemana.

Entre las conclusiones del estudio, destacan que tanto los ingresos como el nivel de empleo se alcanzan en el sur de Europa a los 30 años en la generación poscrisis, dificultando los proyectos vitales de los jóvenes y retrasando casi 10 años su desarrollo vital. Eso conlleva también que en España, Italia y Portugal la capacidad de acumular riqueza se ha reducido para la generación poscrisis. Además, en el sur son los jóvenes sin educación superior los que se emancipan antes. Otro dato importante es que, en España el porcentaje de jóvenes emancipados con hijos apenas supera el 20% para la generación poscrisis con estudios superiores. Por otro lado, se ha resaltado que, en nuestro país, la politización de la redistribución queda limitada a la generación precrisis con estudios superiores.

Por ello, como describe el directivo, los jóvenes se han tenido que enfrentar a grandes desafíos, en una sociedad que ha dado lugar a un “desempleo alto y, en consecuencia, una situación económica complicada en sus años más productivos con lo que se les dificulta mucho el futuro a pesar del buen nivel de educación que existe”. A pesar de ser una generación inquieta, con un gran interés por la política, la economía o la sociedad en la que viven, a la generación Y se le presenta un futuro difícil al no tener un acceso fácil por ejemplo a una vivienda, poder tener una buena coyuntura para formar una familia, dando lugar a una tasa de natalidad bajísima en la sociedad, algo que les genera frustración. Aquí, resalta Henneberger, crear empresas y tener productividad pudiendo pagar sueldos más altos es clave. Así, especifica que los jóvenes que tenían 20-23 años en 2008 “se han encontrado de nuevo con otra crisis. Se les llama la generación perdida, una generación que ha tenido muy mala suerte”. Por eso, recalca es fundamental hacer un análisis para poder hacer frente a ello y aportarles soluciones para que tengan el mínimo impacto. Y más en zonas como el sur de Europa donde se han visto más acuciadas las oportunidades en este sector de la población: “Como europeos hay que lograr que las oportunidades de los jóvenes sean más iguales en el futuro”, matiza.

La Gran Recesión ha supuesto un deterioro en las condiciones de vida de los jóvenes en esta zona, entre la que está España, y un aplazamiento en sus proyectos de vida. Así, han resaltado que mientras países como Alemania, Francia o Suecia, la generación poscrisis -los nacidos entre el 1985 y 95- viven mejor que sus predecesores, no es el caso de España, Italia ni Portugal. En este sentido, es imprescindible tomar medidas con urgencia, porque el rostro de la pobreza se ha rejuvenecido. Con este entorno cuesta que se desarrolle en los jóvenes un futuro alentador y elaborar un proyecto vital creando incertidumbre, abandono escolar y problemas de salud como ansiedad

En este contexto y para salir cuanto antes de la situación y aportar soluciones, la Fundación Friedrich Naumann por la Libertad junto a EsadeEcPol, han elaborado este estudio y documental con el que pretenden llegar al Parlamento Europeo para detonar diálogo y propuestas a la problemática. Para garantizar un futuro más seguro, próspero y justo para los jóvenes proponen:

  • Un mercado laboral no dualizado, flexi seguro y centrado en la construcción de un capital humano. Para ello, proponen igualar los niveles de protección contra el despido, un reequilibrio generacional de la protección por desempleo y unas políticas activas de empleo efectivas y life long learning.
  • Garantizar la posibilidad de formar una familia. Con una red universal y accesible de escuelas infantiles, conciliación más allá de los 0 a 3 años, bajas parentales o una mayor flexibilidad de horarios.
  • Un sistema de protección sostenible con pensiones aseguradas, así como una mochila de protección que acompañe a las personas.
  • Un estado de bienestar orientado a igualar oportunidades.

David Henneberger, director de la oficina de Madrid, ha resaltado que “la pandemia de la COVID 19 puede resultar una oportunidad para los gobiernos del sur de Europa para llevar a cabo las reformas necesarias, poniendo énfasis en políticas que aseguren oportunidades de los jóvenes a la incorporación a la vida adulta y al mercado laboral y formar una familia. El reto es evitar una nueva generación perdida de jóvenes que se incorporan ahora al mercado laboral”.

Una alianza de película para un futuro mejor

El documental ha sido fruto de la alianza de la Fundación Friedrich Naumann con una productora que “filma historias que inspiran el cambio”. Se trata de CAD Productions interesada siempre en documentales con impacto social. Su eslogan, «filmamos historias que inspiran el cambio», refleja su espíritu enfocado en narrar experiencias de comunidades e individuos que logran objetivos de desarrollo. Su objetivo: la reflexión, sensibilización e investigación aplicada, fomentando un debate interactivo y participativo con la sociedad.