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Las alumnas de 4º de Planificación Turística de Grado en Turismo de la Universidad de León (ULE) se han adherido a la iniciativa ‘Apadrina una roca’ para la conservación y seguimiento del patrimonio geológico patrocinado por el Instituto Geológico Minero de España (IGME).
En la asignatura de Patrimonio Natural y Geoturismo, impartida por la profesora Mª Teresa de la Fuente, han tenido la oportunidad de investigar este programa de voluntariado que tiene por objetivo conservar y proteger el patrimonio geológico español mediante la implicación activa y movilización del público no especializado, empresas y asociaciones, junto con los profesionales de la comunidad científica.
En el caso de la ULE, han sido las alumnas de 4º de Turismo implicadas en la figura de «custodia del territorio». La custodia del territorio es una herramienta voluntaria de conservación del patrimonio natural por la sociedad civil que aparece por primera vez en la Ley 42/2007 del Patrimonio Natural y de la Biodiversidad aprobada por las Cortes españolas en las que se incluyen previsiones sobre esta figura.
El Lugar de interés geológico (LIG) elegido ha sido el Escarpe del río Torío en los alrededores de la ciudad de León. “Por su cercanía a la ciudad y por la afluencia de visitantes a la denominada Candamia hemos creído necesario conocer e investigar las características de formación y erosión de este bello paraje al tiempo que nos hacemos defensores del patrimonio geológico y del geoturismo sostenible”, explican este grupo madrinas, que se comprometen a visitarlo e informar de cualquier impacto, amenaza o agresión que pueda atentar la integridad del LIG.
‘Apadrina una roca’ es un programa gratuito de voluntariado, cuya idea original fue puesta en marcha a finales del año 2011, por la Asociación Geología de Segovia y que ahora se hace extensiva, a todos los Lugares de Interés Geológico (LIG) del Inventario Español de Lugares de Interés Geológico (IELIG).
A través de un sencillo sistema de registro, proponen a la ciudadanía apadrinar un lugar de interés geológico que, por su valor científico, didáctico, divulgativo o turístico, consideren que merece la pena ser conservado. El único compromiso adquirido por el «padrino o madrina de una roca”, con el Lugar de Interés Geológico (LIG) elegido, es visitarlo anualmente para detectar alguna anomalía, agresión, expolio de minerales o fósiles, o alguna otra amenaza para su conservación.
