La subida de los impuestos en las bebidas carbonatadas y azucararas dañará en mundo rural

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Ahora León / Azucarera / Empresa

El Comité Intercentros de la Azucarera desea realizar un llamamiento a una protesta masiva contra el impuesto de las bebidas carbonatadas y azucaradas que ha planteado poner en vigor el Gobierno aduciendo una presunta, pero irreal, lucha contra la obesidad.

Medida que desde las secciones sindicales de UGT y de CCOO de Azucarera se critica con dureza porque “pone en peligro real el sector azucarero y no sólo en el ámbito industrial sino también la agricultura” o, lo que es lo mismo, “causaría un daño irreversible al mundo rural” al tratarse de una medida “sin justificación, más allá de un mero afán recaudatorio”.

Tanto Francisco Fernández, secretario general de la sección sindical UGT Azucarera, como Félix Feo, secretario general de la sección sindical de CCOO, hacen por ello un llamamiento a “la máxima participación posible” en la concentración convocada el próximo 11 de febrero en la Plaza Mayor de La Bañeza a las doce del mediodía, con pleno apoyo de las organizaciones agrarias, la industria, los trabajadores de todos los centros de trabajo, y la colaboración del Ayuntamiento de La Bañeza.

Ambos sindicatos agradecen y aplauden los apoyos que se están encontrando en sus reuniones para explicar el “impacto brutal” que este nuevo impuesto tendría en el sector remolachero y azucarero, sectores “vitales para nuestro mundo rural” por el empleo directo y también indirecto que generan.

Reuniones que se han ido manteniendo con diferentes partidos políticos en el Congreso de los Diputados, en el Parlamento vasco o con diferentes alcaldes de lugares que serán muy afectados, como los de La Bañeza y Toro.

“Es la hora de salir a defender nuestro futuro”, remarcan ambos secretarios, comprometiéndose a seguir “reivindicando donde corresponda para que el impuesto no llegue a buen puerto”.

Ambos sindicalistas recuerdan que, además, el momento elegido para implantar esta medida es delicadísimo, cuando el sector remolachero y azucarero afronta el reto de sobrevivir en las mejores condiciones posibles ante el fin de la regulación del sector, con la eliminación de las cuotas, momento para el que el mismo se estaba preparando en buenas condiciones.