La ULE aprueba el Código Ético y el reglamento para la atención a personas con discapacidad

La reunión del Consejo de Gobierno celebrada ayer dio también su visto bueno al programa de Cursos de Verano y de la Escuela de Innovación Educativa 2022

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Ahora León / Educación / ULE

El Consejo de Gobierno de la Universidad de León (ULE) mantuvo ayer una reunión en el Aula Magna San Isidoro del Edificio del Pabellón de Gobierno, presidida por el Rector Juan Francisco García Marín, que abordó un extenso orden del día, en el que destaca la aprobación del ‘Código Ético’ de la institución académica, el ‘Reglamento sobre la atención a personas con discapacidad y necesidades educativas específicas de apoyo’, el programa de Cursos de Verano y de la Escuela de Innovación Educativa 2022, así como otras iniciativas formativas y varios acuerdos y convenios de colaboración.

El Código Ético de la ULE representa el “compromiso de las personas que forman parte de la institución con la responsabilidad social universitaria, asumiendo la aceptación y el complimiento de los valores y principios en él recogidos, como pautas de conducta y comportamiento, que posibilita una Universidad más justa y más comprometida”.

Se dirige a todas las personas y colectivos que componen la ULE, y recoge el compendio de principios y valores éticos de todos sus miembros, con la vocación de reforzarlos y de mejorar la calidad de la vida universitaria, “tanto en el ámbito interno, como de relaciones externas con otras instituciones públicas o privadas”.

El código está dividido en cinco secciones relativas a los principios y valores comunes, los dirigidos al Personal Docente e Investigador, al Personal de Administración y Servicios, al Estudiantado y, finalmente, a las personas que desempeñan cargos directivos y de representación.

El ‘Reglamento sobre la atención a personas con discapacidad y necesidades educativas específicas de apoyo (NEA)’, que ha recibido hoy el plácet del Consejo de Gobierno, ha sido previamente consensuado por la Defensoría de la Comunidad Universitaria con los representantes de alumnos y de personal de administración y servicios, docente e investigador, con el objetivo de regular las acciones de atención dirigidas a personas con discapacidad o NEA, de modo que puedan desarrollar su vida en el ámbito universitario en condiciones de igualdad.

En la exposición de motivos se indica que estas personas a menudo ven obstaculizado el ejercicio de derechos fundamentales como el de recibir una educación, trasladarse libremente de un lugar a otro, desarrollar una vida independiente o desempeñar un empleo. En ocasiones, “la dificultad no radica en la discapacidad en sí, sino en los condicionantes externos del medio en el que la persona se desenvuelve. De ahí la necesidad de incorporar un modelo de universidad cada vez más inclusivo, donde el diseño universal se sitúe en el centro, favoreciendo no solo a las personas con discapacidad, sino a la comunidad universitaria en su conjunto”.

El reglamento detalla los derechos de las personas, entre los que se encuentra la igualdad de oportunidades; el de recibir información, orientación y asesoramiento; a una evaluación de las necesidades específicas derivadas de su condición; a la accesibilidad universal a los edificios, espacios, instalaciones y dependencias; a que se garantice la confidencialidad de la información y documentación gestionada; a la reserva del porcentaje previsto por la ley en todas las titulaciones oficiales a las personas con discapacidad o NEA; y a los demás derechos reconocidos por la normativa vigente, que sean aplicables en el ámbito universitario.

El texto recoge el procedimiento de actuación para tramitar las solicitudes de las personas interesadas, a través del Servicio de Apoyo de la ULE, así como diferentes medidas de acción positiva, que serán propiciadas por la Unidad de Igualdad, entre las que destaca el diseño de un programa de atención personalizado para cada estudiante que voluntariamente lo solicite, la mejora de la adecuación de los trámites administrativos, etcétera.

La reunión también aprobó el Programa de Cursos de Verano 2022 y el de la Escuela de Innovación Educativa. El primero está integrado por 45 propuestas que se impartirán en los meses estivales en diferentes localidades de la provincia, y el segundo, que retornará a la enseñanza presencial, por una quincena de seminarios.

Muchos cursos ‘repiten’ tras la buena acogida de anteriores ediciones, y también se registran numerosas novedades con temas tan interesantes como los dedicados a: ‘Herramientas para fijar población en territorios rurales a la luz de las últimas reformas laborales’, ‘El paisaje cultural de las Médulas: tecnología minera y procesos históricos’, ‘Tecnología de captura, almacenamiento y usos del C02: soluciones para afrontar el cambio climático’, ‘La salud en el Camino de Santiago’, ‘Fortificaciones a lo largo de la historia: de las empalizadas a las trincheras’, ‘Copias, falsificaciones pictóricas y cómo reconocerlas’, o la ‘Historia de la educación e instituciones religiosas’.

En el capítulo de los acuerdos y convenios de colaboración, se pueden reseñar los que van a vincular a la Universidad de León con las siguientes entidades: el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico (para la realización del programa Campus Rural), con la asociación SECOT (Seniors Españoles para la Cooperación Técnica), con ASPRONA León, con ACCEM, con el Instituto Leonés de Cultura, con la California State University (para el intercambio de estudiantes), con el Centro de Estudios Gresol SL (para la impartición de cursos de ciberseguridad para jóvenes), con la Fundación InteRed CyL, y con el Club de Baloncesto Ciudad de Ponferrada.

En el resto de puntos tratados, junto a temas relacionados con la renovación y dotación de contratos de profesorado, modificación de reglamentos, informes, y otros asuntos de régimen interno, hay que citar la aprobación de la oferta de plazas para Grados y Másteres para el curso 2022-2023, que no ha sufrido variaciones y se mantendrá igual que en el actual ejercicio.