La ULE presentó el Diccionario Patsuezu-Castellano

Es obra de Manuel Gancedo Fernández, recoge unas 3.000 palabras, y ha sido coeditado por el Club Xeitu y la Cátedra de Estudios Leoneses de la ULE.

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El Paraninfo Gordón Ordás de El Albéitar acogió ayer la presentación del libro ‘Tseite, tsinu, tsume, tsana. Tomo II Patsuezu-castellano’, Diccionario Patsuezu-Castellano, obra de Manuel Gancedo Fernández, que ha sido coeditado por la Cátedra de Estudios Leoneses (CELE) de la Universidad de León (ULE) y el Club Xeitu, y que ya está a la venta en las principales librerías de León y del Valle de Laciana, así como en el Servicio de Publicaciones de la institución académica.

El acto de presentación ha contado con la participación, además del autor, de la Vicerrectora de Relaciones Institucionales y con la Sociedad de la ULE, Mª Dolores Alonso-Cortés, director de la Cátedra de Estudios Leoneses, José Ramón Morala, y de Víctor del Reguero, que ha acudido en representación del ‘Club Xeitu’.

Mª Dolores Alonso ha expresado su alegría y satisfacción por el excelente trabajo que se está haciendo desde la Cátedra de Estudios Leoneses (CELE), que ha permitido hacer realidad este proyecto. Por su parte, el director de la CELE ha destacado la colaboración entre el ‘Club Xeitu’ y la propia cátedra para la coedición del diccionario, que se enmarca en un área que “para quienes nos dedicamos a la filología es especialmente interesante porque representa una de las zonas más peculiares y con una personalidad más acusada”. Morala ha apuntado que, junto a las diferencias léxicas o morfológicas, aporta “un sistema fonológico distinto, con fonemas que no tenemos en el resto de las lenguas de la península ibérica, como es el caso del sonido ‘ts’, que tiene que ver con uno de los aforismos más conocidos”, que aparece repetido en el título de la obra: ‘Tseite, tsino, tsume, tsana’.

QUE NO DESAPAREZCA LA MEMORIA DE LAS PALABRAS

Víctor del Reguero, del Club Xeitu, ha comentado que esta obra completa la que el club editó en el 2013, un diccionario Castellano-Patsuezo, lo que va a permitir “que no desaparezca la memoria de las palabras”. Además, apuntó que estará a disposición de los investigadores, “los actuales y los del futuro”, y servirá para que quienes hayan conocido el patsuezu, “tengan un elemento más de conocimiento”, y todo ello a través de una obra amena, que aparece en un momento interesante, porque “está desapareciendo la generación que lo conoció de primera mano”.

Finalmente, el autor del diccionario ha tenido unas palabras de recuerdo a la figura y obra de Eduardo Carbajo, y también ha hablado de su padre, que fue “apuntando en una ‘libretina’ unas mil palabras del vocabulario del patsuezu, con letra muy cuidada”. Cuando se jubiló Manuel Gancedo, recuperó la ‘libretina’ y se propuso completarla, tarea en la que contó con la colaboración de su Tía Chon, que resolvió sus dudas cuando no sabía si una palabra era patsuezu o asturiano.

El libro hoy presentado lleva por título un trabalenguas que dice ‘Tseite, tsino, tsume, tsana’, y recoge unos 3.000 términos de patsuezu, lengua vernácula de la montaña oriental astur-leonesa, que el Club Xeite define como “una variante local del asturleonés sobre la que se han publicado diversos estudios y libros en las últimas décadas. Pese a su languidecimiento a lo largo del último siglo, diversas iniciativas como cursos, recopilaciones literarias, recitales y concursos contribuyen a su mantenimiento y divulgación, alcanzando a un pequeño grupo de personas interesadas en la materia que, es la esperanza, continuará difundiendo en un futuro próximo la riqueza lingüística de nuestros ancestros”.

El patsuezue caracteriza por “la palatización de la ‘l’ inicial latina en el alófono africado sordo denominado popularmente como ‘ché vaqueira’, tradicionalmente representada con la grafía ‘ts’. Otras singularidades son la letra ‘x’, que representa un sonido fricativo palatal sordo, así como la conservación del artículo en posición antepuesta al determinante posesivo; sirva como ejemplo ‘la mía canada’, en lugar de mi canada”.

UN LACIANIEGO NACIDO EN LA CALLE LEÓN DE MADRID

De padres lacianiegos, Manuel Gancedo Fernández nació en Madrid en 1940, aunque como él mismo afirma, “lo hice en la calle León”. Durante su niñez, pasaba cada verano en Villager de Laciana. Dado que todavía no se habían inventado los cuadernos de vacaciones escolares, aquellos días d descanso eran aprovechados para vivir en la naturaleza y absorber la sabiduría popular del mundo rural, transmitida a lo largo de los años de generación en generación.

En 1963 terminó los estudios como Ingeniero Técnico en topografía. Profesionalmente ha dedicado su vida laboral al trazado y construcción de obras públicas lineales, en las empresas privadas en España y en el extranjero.