La ULE se une a la lucha por la protección del área marina de la Península Antártica

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La Universidad de León (ULE) a través del proyecto global Homeward Bound sobre liderazgo de mujeres en las áreas STEMM (ciencia, tecnología, ingeniería, matemáticas y medicina) se suma a la propuesta de convertir en Área Marina Protegida (AMP) la Península Antártica Occidental. Así queda recogido en un artículo publicado ayer en la revista Nature, firmado por 289 científicas de STEMM, entre las que figura Hilde Pérez, profesora del Departamento de Ingenierías Mecánica, Informática y Aeroespacial de la Universidad de León, y donde se recoge la urgente necesidad de proteger el ecosistema marino antártico y defender su designación como Área Marina Protegida.

El proyecto Homeward Bound surgió en 2016 como una iniciativa para mujeres de todo el mundo con experiencia en las áreas STEMM, con el fin de construir una red de 1000 mujeres a lo largo de 10 años con una misión común: trabajar para un mundo mejor a través del liderazgo de transformación. Con ese firme objetivo de dar visibilidad a la mujer en la ciencia e impulsar un nuevo modelo basado en el liderazgo femenino, la profesora Hilde Pérez resultó seleccionada en Julio de 2019 para formar parte del grupo internacional de 75 mujeres que completarán un programa de formación un año más tarde de lo previsto dada la situación provocada por la pandemia de la COVID-19. A este respecto, para culminar ese programa formativo la Universidad de León, a través de la Unidad de Igualdad del Vicerrectorado de Responsabilidad Social, Cultura y Deportes, ha contado con el respaldo y apoyo del Instituto de la Mujer de la Junta de Castilla y León.

La publicación en ‘Nature’ coincide con la reunión que va a tener lugar esta semana de la Convención para la Conservación de Recursos Vivos Marinos Antárticos (CCRVMA), el organismo internacional encargado de gestionar el uso y explotación de los recursos marinos, y el que regula la actividad humana en la Península Antártica. Uno de los puntos a tratar en esa reunión será la evaluación de la propuesta para declarar las aguas de la Península Antártica Occidental como Área Marina Protegida (AMP).

Aunque actualmente existen varias pequeñas Zonas Antárticas Especialmente Protegidas (ZAEP), son principalmente terrestres y solo unas pocas incluyen pequeños componentes marinos. De ser designado como Área Marina Protegida sería la tercera AMP antártica.

La primera se otorgó en 2009, a la Plataforma Sur de las Islas Orcadas del Sur, una región que abarca 94.000 km2 en el Atlántico sur. En 2011, la Convención acordó un marco para crear una red de AMP e identificaron nueve dominios de planificación. Con el establecimiento de la AMP de la región del mar de Ross en 2016, que cubre un área de 2,06 millones de km2, la convención dio el primer paso necesario para crear una red conectada de AMP, que protegería los muchos ecosistemas únicos del océano Austral.

La publicación de este artículo en Nature y la inminente reunión de la Convención son dos grandes pasos para avanzar en la defensa de la biodiversidad antártica y de uno de los ecosistemas marinos más delicados y amenazados por la cada vez más intensa pesca del krill antártico, el turismo, la expansión de las infraestructuras de investigación y el cambio climático. Hilde Pérez subraya que “es la primera vez que una iniciativa de esta naturaleza llega tan lejos; demuestra cómo la cooperación internacional y la ciencia posicionándose en la toma de decisiones son la única vía en defensa de nuestro planeta, y aquí se ha demostrado a través de un colectivo de mujeres de todo el mundo unido por una causa común, proteger la Antártida”. Y concluye esperanzada por la próxima decisión de la Convención: “Un Área Marina Protegida (AMP) alrededor de la Península Antártica es esencial para preservar este frágil ecosistema”.