Ahora León / Noticias de León / Texto: María Edén

El Grupo de Trabajo de Patología Hipofisaria de León (GTH León) organizó el pasado 1 de diciembre de 2017 su II Jornada científica, enfocada en esta ocasión a la “Acromegalia del siglo XXI”. La finalidad de organizar este tipo de jornadas es la de actualizar conocimientos en el diagnóstico y tratamiento de una enfermedad considerada rara ya que afecta entre 40 y 70 personas por millón de habitantes. En España se calcula que hay unas 3000 personas con acromegalia.

Acromegalia es un término que deriva del griego acros (extremo) y megas (grande), describiendo así una de las principales características de esta enfermedad: el crecimiento acral. Pero afecta a todo el cuerpo produciendo cambios en la piel, el esqueleto y los órganos. Es causada por un adenoma en la hipófisis que produce un exceso de la hormona de crecimiento.

Es muy posible que nunca hayan oído hablar de esta enfermedad o que desconozcan cómo se manifiesta. Sin embargo, sí han visto casos donde la acromegalia es evidente. Shrek, el protagonista de una famosa película de animación, es muy parecido al luchador Maurice Tillet, que padecía acromegalia.

Fotografía: Revista TIME, 4 marzo 1940

Las características clínicas de la acromegalia fueron descritas por primera vez en 1886 por Pierre Marie, pero es una enfermedad que se remonta, por lo menos, al periodo Holoceno tardío como demuestran hallazgos arqueológicos con sus correspondientes estudios antropológicos.

Eric J. Bartelink y colaboradores, en la revista científica International Journal of Paleopathology, en su volumen 4 publicado en 2014, hablan del hallazgo de un individuo enterrado en California, datado entre 4350-2980 AP, de entre 30 y 40 años de edad en el momento de su muerte, que sufrió alteraciones craneales y postcraneales producidas por una enfermedad endocrina. Mostraba un desarrollo pronunciado del mentón, la región de la glabela y arcos superciliares, una elongación de las ramas mandibulares, crecimiento y maloclusión de la dentición anterior, formación de hueso en las enthesis y un anormal crecimiento de la silla turca entre otros caracteres. Fue enterrado con ajuar, lo que es una indicación de que no fue condenado al ostracismo por su apariencia. Quizá hace más de 3000 años nuestra especie veía más allá de la apariencia.

La acromegalia tarda en diagnosticarse entre 10 y 15 años después de que aparezcan sus primeros síntomas, ya que éstos se presentan de forma lenta y progresiva, por lo que suele ser una enfermedad infradiagnosticada. Esperemos que poco a poco y con iniciativas como la que se ha realizado en León se avance en el diagnóstico y tratamiento de esta enfermedad. Si quieren saber más sobre la acromegalia, les invito a que consulten la web de la Asociación Española de Afectados por Acromegalia, asociación sin ánimo de lucro que nació en 2009.

De momento, la campaña #MiraTusFotos promovida por esta asociación nos invita a que revisemos nuestras fotografías para observar si nuestra morfología facial ha cambiado sustancialmente en los últimos años o si notamos que nuestras manos o pies han crecido. Debemos de tener conocimiento de nuestro cuerpo y ser capaces de detectar en él cambios que puedan ayudar en un diagnóstico.