Los partos prematuros disminuyen casi un 65% durante el COVID-19

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La web sobre fecundación y embarazo mujerfertil.es, ha elaborado un análisis sobre los efectos del confinamiento por Covid-19 en los partos prematuros.

A comienzos del año 2020, la declaración de pandemia COVID-19, obligó a confinar a gran parte del mundo. Esta situación nueva en el siglo XXI, se caracterizó por una notable bajada en los niveles de contaminación por la falta de actividad humana en el exterior, así como de una reducción en los traslados y actividad física de las personas, incluidas las mujeres embarazadas.

Las embarazadas, a menos que haya algún problema de salud que pueda afectar a la vida de la madre o a la del bebé, han continuado sus trabajos, exponiendo al feto y a la madre a niveles de estrés constantes, constituyendo una de las causas de prematuridad.

Factores de riesgo del parto prematuro

–  Factores sociales: estrés, depresión o un nivel socioeconómico bajo aumentan las posibilidades de un parto prematuro.

– Complicaciones en la gestación y factores uterinos: malformaciones en el útero, infecciones, gestaciones múltiples o embarazos con un periodo menos a 6 meses entre uno y otro.

–  Nutrición no adecuada: un consumo excesivo de azúcar en la alimentación durante el embarazo, puede provocar enfermedades en la madre como diabetes y adelantar el parto.

– Exposición a sustancias tóxicas: el tabaco, el alcohol y las drogas son completamente perjudiciales para la salud de ambos, pudiendo incluso producir muerte súbita neonatal.

¿Qué efectos tiene la contaminación y el estrés en el embarazo?

La contaminación, además de reducir la fertilidad y favorecer el aborto, también es un desencadenante de los partos prematuros. En España, investigadores del Instituto de Salud del Carlos III, han diagnosticado un 17% de nacimientos tempranos relacionados directamente con la contaminación atmosférica.

El estrés relacionado con cargas laborales, aumenta la secreción a la matriz de esteroides, los encargados de la estimulación de las células uterinas que se encargan de las contracciones, favoreciendo así el parto prematuro.

La reducción del estrés por una disminución de desplazamientos, el aumento de tiempo al encontrarse las personas en el hogar, y la acusada disminución de la contaminación, han favorecido la mejora del bienestar de las embarazadas, cuidando su alimentación y manteniendo un reposo necesario durante el embarazo.

Así mismo, al no poder realizar salidas a la calle con frecuencia, se ha hecho patente la necesidad e importancia del ejercicio físico, y aunque se ha visto una reducción del 30% en los hábitos deportivos, sí se ha aumentado el ejercicio dentro del hogar

Reducción de partos prematuros en la primera mitad del 2020

Dos estudios realizados independientemente en Irlanda y Dinamarca, han resultado inesperadamente similares en cuanto a los datos obtenidos: los partos prematuros se han reducido entre un 60% y un 80%. Esto, a ojos de investigadores españoles, puede venir asociado a los mejores hábitos obtenidos durante el aislamiento y al reposo forzado de la población. Los estudios están comenzando a hacerse en el resto de países desarrollados, donde se observa que esta tendencia es similar y al alza.

En España, los investigadores y médicos han pedido el desarrollo de herramientas online para el seguimiento y el control de los hábitos de las mujeres embarazadas, pues además de servir como base de datos para estos estudios, pueden ayudar a las mujeres a acceder a las herramientas que les ayuden para mantener hábitos saludables en la alimentación el ejercicio físico, preparación al parto y todo lo relacionado con el embarazo. Esta petición ha sido un resultado de la concienciación de la necesidad de comunicación de las embarazadas con sus doctores, situación complicada durante el confinamiento en donde las visitas regulares para la preparación para el parto se vieron reducidas en un 25%.