Martínez Majo visita las instalaciones de Soltra

En Castilla y León hay cerca de 178.000 personas con discapacidad, lo que supone el 7,5% de la población, que cuentan con 719 centros (entre residencias, viviendas y centros de día) y 17.352 plazas (6.895 concertadas).

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Con motivo del Día Internacional de las Personas con Discapacidad, el delegado territorial de la Junta, Juan Martínez Majo, ha visitado las instalaciones de Soltra en la Virgen del Camino, en León, entidad sin ánimo de lucro que desde el año 2000 trabaja con el objetivo de la inclusión sociolaboral de personas con capacidades diferentes.

Soltra tiene muy diversificada sus actividades en busca de la inclusión: desde los sectores eólico y de automoción, actividades de márketing, de jardinería, control de accesos, limpieza y lavandería; hasta la apertura del primer supermercado totalmente inclusivo en Puente Villarente.

En este sentido, el delegado de la Junta ha ensalzado la labor de esta fundación como un “claro ejemplo de inclusión en la Comunidad durante estos 20 años”. “Solidaridad y trabajo definen perfectamente lo que se hace desde Soltra”, ha señalado el delegado tras una visita a las instalaciones, de la mano de José Antonio Idoeta.

En Castilla y León hay cerca de 178.000 personas con discapacidad, lo que supone el 7,5% de la población, que cuentan con 719 centros (entre residencias, viviendas y centros de día) y 17.352 plazas (6.895 concertadas). En León hay 2.750 plazas autorizadas para 116 centros; de ese total, 929 plazas están financiadas a través de conciertos celebrados entre la gerencia de Servicios Sociales y las diferentes entidades.

En este contexto, el delegado ha señalado que la Junta trabaja siempre al lado de los colectivos más vulnerables y un ejemplo de ello es el impulso al Anteproyecto de Ley que hoy ha presentado la Consejera de Familia y que garantiza que las personas con discapacidad de la Comunidad puedan participar y decidir sobre su propia vida fomentando la autodeterminación, para lo que se establece un servicio de apoyo técnico, y garantizando que, una vez que fallezcan sus progenitores o cuidadores, sigan recibiendo la atención que precisan. “Hay que intentar que todos los programas que se desarrollen, apoyen a las familias desde el inicio y ayuden a estas personas a emanciparse para ser lo más autosuficientes posibles”, ha concluido Martínez Majo.