Nace el Pasaporte del Peregrino

De cara a la reapertura del Camino de Santiago y al próximo año Xacobeo, 3FAB Art, Tech & Design crea un recuerdo único para una experiencia única

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El 3 de junio se presentó el Pasaporte del Camino con el fin de contribuir al desarrollo, conocimiento y consolidación del Camino de Santiago como impulso vertebrador de las comunidades que lo forman. Este pasaporte contiene grabados originales creados con técnicas de diseño artesanales de los parajes más bellos del Camino Francés; secretos escondidos que se iluminan en cada página con la luz ultravioleta; los detalles más sorprendentes de su historia y leyendas narradas por la voz del Espíritu del Peregrino; la misma esencia del botafumeiro que impregna sus páginas; un documento que, al fin y al cabo, inmortaliza cada parada cuando se sellan sus páginas junto a la Credencial oficial.

Cada peregrino puede personalizarlo con su foto, la fecha en la que se va a realizar el Camino e incluso el motivo por el que se decidió a realizarlo.

¿Qué diferencia al Pasaporte del Camino de la Credencial oficial del Camino de Santiago?

El objetivo al crear este Pasaporte es destacar la riqueza cultural, artística y humana del Camino con un objeto único que nos sirva para el recuerdo. El Pasaporte del Camino constituye un complemento a la Credencial y sus funciones son muy diferentes, ya que aporta una dimensión artística y sensorial distinta y mucho más personal.

La Credencial oficial está dirigida a peregrinos que deseen hacer el Camino (con sentido cristiano o personal) y tiene unas claras funciones definidas, como son acreditar que has realizado el recorrido suficiente para recibir la Compostela y facilitar el acceso a la red de albergues durante el Camino.

La idea de crear el Pasaporte del Camino nació tras nuestra última etapa del recorrido. Extasiados tras 33 días de peregrinación y en la mismísima Plaza del Obradoiro brotó una idea peregrina; pero una idea que creció en nuestro interior durante meses: la necesidad de poseer algo que nos permitiera alargar las sensaciones vividas, de recordar lo sentido y, en definitiva, de volver a sentir el Camino en toda su grandeza.

Un libro, un álbum, un vídeo… no, nada de eso, sería un pasaporte. De todos los libros del mundo, las mejores historias se cuentan en las páginas de un pasaporte.  Un pasaporte evoca muchas cosas en nuestra mente: recuerdos, viajes, aventuras, lugares, personas que han formado parte de nuestra vida.

En conclusión, este producto enriquece la experiencia personal de cada peregrino y registra sus vivencias en un recuerdo inigualable que complementa a la Credencial oficial con una experiencia multisensorial que estimula los sentidos, así como acerca el arte y el patrimonio del Camino a cada persona que se decide a formar parte de este recorrido milenario.