Nuestra identidad digital y privacidad en ‘jaque’ por el tráfico de datos

Correríamos el riesgo de que nuestros datos personales acaben en manos de organizaciones que hicieran un uso ilegal de ellos: falsificación de documentos, contratación de productos financieros, que nuestra cara termine en alguna página de contenido para adultos y un larguísimo etcétera.

0

Ahora León / Noticias de León / Jorge Rodriguez

¿Somos realmente conscientes de todas las empresas e instituciones que tienen nuestros datos personales y para qué los están utilizando? Pensemos en las páginas web en las que nos hemos registrado como usuario. La franquicia de pizzerías que te regala una familiar cada diez pedidos. Las aplicaciones de nuestro teléfono móvil, algunas de las cuales saben dónde estamos, cuánto tiempo permanecemos en los lugares a los que vamos y hasta el camino que seguimos.

Muchas de las ventajas y comodidades que la tecnología ha permitido en las últimas dos décadas se deben, precisamente, a esta forma de compartir nuestros datos personales. Los beneficios de hacerlo son indiscutibles y en los próximos años seguirá aumentando la cantidad de información que compartimos. Viviremos en un mundo cada vez más conectado. La conducción autónoma, por poner solo un ejemplo, será posible gracias a que los conductores estarán compartiendo en todo momento su ubicación, trayecto, velocidad, distancia con respecto a los otros vehículos, etc.

Los consumidores cedemos cada vez más datos personales a empresas e instituciones de muy diverso tipo. Además, entregamos información cada vez más sensible. Voluntariamente, somos capaces de facilitarle a una compañía nuestro correo electrónico, nuestro país y ciudad de residencia e incluso una fotografía de nuestra cara. La inmensa mayoría de los usuarios no saben ni el nombre ni el país de origen de la organización que les está pidiendo esos datos. Lo único que importa es ver cómo su aplicación cree que será nuestro rostro dentro de treinta años. Es lo que ha sucedido hace algunos días con FaceApp, provocando que hasta el Senado de los Estados Unidos alertara de los riesgos para la privacidad que implicaba.

En este caso, los usuarios están entregando la propiedad total de datos biométricos a una empresa ubicada fuera de la UE. Cualquier incumplimiento de la legislación comunitaria respecto a privacidad y protección de datos no podrá ser reclamado por el consumidor. No tiene por qué ser el caso de FaceApp, pero compañías de este tipo podrían vender sus bases de datos a terceros. Y lo estarían haciendo en su legítimo derecho. Correríamos el riesgo de que nuestros datos personales acaben en manos de organizaciones que hicieran un uso ilegal de ellos: falsificación de documentos, contratación de productos financieros, que nuestra cara termine en alguna página de contenido para adultos y un larguísimo etcétera.

Protección ante los riesgos sobre nuestra privacidad: UmanID

UmanID es la primera app en Europa que permite preguntar a las empresas qué datos tienen de sus usuarios y cómo los utilizan. El Reglamento General de Protección de Datos (RGPD), otorga al individuo la potestad para ejercer los derechos ARCO-POL (Acceso, Rectificación, Cancelación, Oposición-Portabilidad-Oposición-Limitación).

Gracias a UmanID, la solicitud de nuestros datos personales deja de ser un proceso complicado para convertirse en un trámite sencillo y completamente automatizado. Con tan solo unos pocos clicks, accedemos a un enorme listado de compañías con las que podemos contactar para saber qué datos personales tienen de nosotros. Además, nuestra petición tendrá validez jurídica.

Las compañías tienen un plazo de 30 días para responder a la petición de acceso a los datos. Si el usuario no obtiene respuesta en ese periodo de tiempo, puede presentar una denuncia ante la AEPD o iniciar una reclamación legal para obtener una indemnización.

Pronto, la llegada de las conexiones 5G aumentará de forma exponencial la cantidad de datos que compartimos. Serán muchos los beneficios de esta nueva tecnología, pero será necesario también servirse de herramientas como UmanID para proteger nuestra privacidad.