PREDIF Castilla y León reclama más vehículos adaptados en las autoescuelas de la comunidad

La federación defiende la igualdad de oportunidades de las personas con discapacidad o movilidad reducida a la hora de obtener el carnet de conducir, así como denuncia el problema y la discriminación de que apenas existen centros con esta disponibilidad

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La Plataforma Representativa de Personas con Discapacidad Física y Orgánica en Castilla y León, PREDIF, reclama que las autoescuelas de la comunidad dispongan de más vehículos adaptados para las personas con discapacidad o movilidad reducida con el objetivo de que puedan obtener el carnet de conducir en igualdad de oportunidades que el resto, una práctica habitual en los meses estivales.

Es una realidad que, en las últimas décadas, los avances técnicos han facilitado que las personas con discapacidad puedan conducir, lo que contribuye a su autonomía e independencia para desplazarse, ya que, en la mayoría de los casos, la discapacidad no es incompatible con la conducción.

Sin embargo, algunas personas se encuentran con obstáculos a la hora de poder ejercer su derecho a conducir o, más concretamente, a la hora de poder acceder al permiso, como es el caso de encontrar autoescuelas que dispongan de vehículos adaptados. Para Francisco J. Sardón Peláez, presidente de PREDIF Castilla y León, “es una situación discriminatoria, ya que muchas personas tienen que irse a otras localidades o provincias que, además del propio coste del carnet, les genera más gastos por los desplazamientos”.

En Valladolid, Javier Gómez Herrero, propietario de Autoescuela San Pablo, una de las escasísimas excepciones en nuestra comunidad donde disponen de un vehículo adaptado, también considera que estos movimientos son un “esfuerzo” añadido, por lo que defiende que “debería de haber alguna normativa que, por ratio de población, por ejemplo, fijara un mínimo de coches de este tipo en las autoescuelas, como sucede con las plazas para personas con movilidad reducida que, por mucho que estén, si no hay personas que puedan conducir para utilizarlas, no tendrían sentido”.

Javier relata que sus padres, fundadores de la autoescuela, prácticamente desde sus inicios hace más de 35 años, tuvieron claro que tenían que dar este servicio. “Mi tío tenía una enfermedad neurodegenerativa y en algún momento iba a necesitar un coche adaptado, porque sabían que no había en otros centros”.

Actualmente, cuentan con bastante demanda de personas con discapacidad que realizan sus prácticas en este vehículo, como es el caso de Mariano Vicioso Pérez, con discapacidad física por una enfermedad rara de origen congénito, quien no buscó muchas autoescuelas “porque no había disponibilidad de coches adaptados, pero me informé de que San Pablo era la única, así que fui directamente, además está cerca de mi casa”.

Sobre los requisitos de las personas con discapacidad para obtener el carnet, Mariano cuenta que “cuando fui a hacer el psicotécnico me dieron para 5 años, algo que veo lógico, porque mi enfermedad puede avanzar, pero las demás condiciones son las mismas que el resto”. Así, en octubre del año pasado aprobó el examen teórico y en junio ha empezado con las prácticas. “Al principio, como cualquier persona, tienes miedo, pero luego vas cogiendo destreza con cada clase. Yo estoy muy contento, súper feliz porque me va a dar mucha libertad”.

Barreras para obtener el carnet de conducir

Según el estudio ‘Personas con discapacidad en el acceso al permiso de conducir’, realizado por Fundación CNAE (Confederación Nacional de Autoescuelas) y Fesvial (Fundación para la Seguridad Vial) con la colaboración de Fundación ONCE, las personas con discapacidad que nunca han intentado obtener el carnet de conducir argumentan que ha sido por los siguientes motivos: atribuible su discapacidad (60,3 %), miedo o dificultades (24,1 %), motivos económicos (20,7 %), falta o carencia de autoescuelas (13,8 %) y, por último, no lo necesitan o no les gusta (8 %).

Resulta llamativo que más de un 8 % de las personas que obtuvieron el permiso de conducir tras su discapacidad se vieron obligadas a poner a disposición de la autoescuela un vehículo adaptado a sus necesidades, destaca este estudio, algo discriminatorio puesto que no sucede con las personas que utilizan un vehículo ordinario. Y es que muchas personas con discapacidad solo pueden hacer el examen práctico en un coche con adaptaciones, posibilidad que prevé el Reglamento General de Conductores y que requieren casi 55.500 personas, según datos de la Dirección General de Tráfico.

En el caso de San Pablo, el vehículo cuenta con varias adaptaciones para ser lo más universal posible, como detalla Javier, “cuenta con pomo en el volante, intermitentes y otras funciones manejados con un mando situado al lado del pomo, con palanca manual para acelerar y frenar, espejos panorámicos y transmisión automática”.

Protocolo para paliar esta discriminación

Esta situación, como otras muchas de discriminación que sufren las personas con discapacidad, incumple los preceptos de la Convención Internacional de los Derechos de las Personas con Discapacidad de Naciones Unidas, ratificada por España con entrada en vigor en 2008. Específicamente, en el artículo 20, dedicado a la movilidad personal, se insta a los estados a adoptar “medidas efectivas para asegurar que las personas con discapacidad gocen de movilidad personal con la mayor independencia posible”, como por ejemplo “facilitar el acceso de las personas con discapacidad a […] tecnologías de apoyo, dispositivos técnicos y ayudas para la movilidad de calidad”.

Desde la Dirección General de Tráfico han propuesto este año un protocolo que permitirá el uso de vehículos adaptados, cedidos gratuitamente por determinadas entidades, tanto en la formación del aspirante como para el examen práctico, ya sea para la obtención del carné o para la renovación extraordinaria de un permiso que requiera someterse a una prueba.