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La Secretaria de Estado de Energía, Sara Aagesen, ha visitado este martes los terrenos en los que se ubicará el proyecto Roblum, la futura planta de biomasa que la empresa Reolum ha proyectado en los terrenos de la antigua central térmica de La Robla en León. Allí ha conocido de primera mano el proyecto, que prevé una inversión de 160 millones de euros y la generación de empleos directos e indirectos, de calidad y con futuro.
De hecho, Roblum generará 350 empleos ligados a la recolección de biomasa agrícola y forestal, así como 50 empleos industriales directos asociados a la operación y el mantenimiento de la planta.
Estos empleos se mantendrán, al menos, durante 20 años. A todo ello hay que sumar los puestos de trabajo que, como proyecto tractor de la zona, se crearán a partir del mismo. El proyecto presentado hoy contempla crear cientos de empleos durante su construcción, que se prolongará durante 24 meses.
La media de empleo en los dos años será de unos 250 puestos de trabajo, con picos de hasta cerca de 750 empleos. Todo ello supondrá un fuerte revulsivo para la reconversión laboral de esta zona de transición justa leonesa.
Roblum tendrá una capacidad de generación de energía de 50 MW, atendiendo de forma renovable la demanda de consumo de unos 50.000 hogares. Lo singular de esta planta es que va más allá del balance neutro de CO2 que caracteriza a la energía renovable y logra un balance negativo mediante el aprovechamiento del CO2 emitido. Asimismo, Reolum produce energía térmica para usos públicos e industriales. Yann Dumont, CEO de Reolum (empresa adjudicataria en octubre de 2022 de 46,1 MW de potencia eléctrica en la tercera subasta de energía renovable convocada por el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico) y portavoz del proyecto Roblum, ha expresado su satisfacción por “ayudar a revitalizar una comarca y una provincia como la de León que necesita proyectos industriales que permitan fijar población en el territorio y que las personas que aquí viven puedan contar con oportunidades laborales en su entorno más cercano. Queremos contribuir al desarrollo rural, evitando la despoblación de estas zonas”.
En este sentido, ha recalcado que el “compromiso con La Robla y con León es total desde el primer momento en que concebimos el proyecto y nuestra propuesta también busca servir como reclamo para que otras compañías apuesten por este territorio porque se trata de un proyecto tractor en la propia terminología de Transición Justa”.
Además, Dumont ha indicado que “la provincia de León ha sufrido de forma muy notoria y durante muchas décadas el drama de los incendios forestales. Mantener el bosque limpio y cuidado es la mejor política de prevención: el aprovechamiento de la biomasa forestal y de restos de cosechas agrícolas, que serán aprovechados por Roblum, previene incendios, minimiza el riesgo de su descontrol, mejora el estado fitosanitario del bosque y supone un ingreso adicional para los propietarios forestales y agrícolas”.
Actualmente, León es la provincia con mayor potencial forestal de Castilla y León y una de las mayores en potencial de restos agrícolas y agroindustriales; de las 4,8 millones de hectáreas forestales de la comunidad autónoma, más de 1 millón se encuentran en León, donde el 65% de su territorio total es bosque y que se reconoce, además, como una provincia cerealista y productora de cultivos industriales, cuyos restos será aprovechados por Roblum para la producción de energía. Está previsto que los trabajos de inicio de la construcción de la planta de biomasa se inicien en torno al segundo trimestre de 2024 y que se prolonguen por un periodo aproximado de 24 meses.
De este modo, la planta podría comenzar a operar en torno al cuarto trimestre del año 2026. La producción anual de energía de esta instalación alcanzará los 400 GWh. El siguiente hito administrativo necesario para la consolidación del proyecto es la obtención del permiso de acceso y conexión en la subestación de La Robla. Ventajas de la biomasa Yann Dumont ha señalado que entre sus ventajas figuran que se facilita la utilización de restos de cosechas de cultivos cerealistas e industriales provenientes de la actividad agrícola, así como la gestión ordenada, sostenible y duradera de los bosques, un aspecto crucial para el mantenimiento de los mismos.
Todo ello con una tecnología que permite total flexibilidad para el uso indistinto del recurso agrícola o del forestal en función de las circunstancias económicas y medioambientales. El proyecto constituye un medio eficaz para la conservación del bosque sano, limpio y con mayor control de incendios, así como un medio que proporciona mayores ingresos a los agricultores de la zona.
