Puigdemont y Turull de ‘presidenciables’ a presidiarios

Puigdemont permanece interno en un módulo ordinario junto a presos de primeras condenas y se estaría integrando bien, según habría informado la directora del centro, Yvonne Radetzki.

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President de la Generalitat, Carles Puigdemont. Autor: Jordi Bedmar

Ahora León / Puigdemont

El ex president de la Generalitat Carles Puigdemont se encuentra encarcelado en una celda de entre 7 y 9 metros cuadrados con una cama, un escritorio, un armario, un retrete, un lavabo y una televisión, tal y como describió su abogado en ‘La Vanguardia’.

Además, como el resto de reclusos, puede hacer llamadas -no recibirlas- y conectarse a Skype bajo supervisión de un funcionario de prisiones.

En cuanto al régimen de visitas, el sistema presidiario alemán le concede dos horas mensuales mientras espera una decisión judicial, descontadas las reuniones con sus abogados.

Puigdemont permanece interno en un módulo ordinario junto a presos de primeras condenas y se estaría integrando bien, según habría informado la directora del centro, Yvonne Radetzki.

‘El Periódico’ publica unas declaraciones de la responsable penitenciaria en las que asegura que Puigdemont no recibe ningún trato especial, tampoco lo ha solicitado.

«Que todo el mundo lo tenga claro: no claudicaré, no renunciaré, no me retiraré incluso ante la actuación ilegítima de aquellos que han perdido en las urnas ni frente a la arbitrariedad de quienes están dispuestos a pagar el precio de abandonar el estado de derecho y la justicia por ‘la unidad de la Patria'», manifestó desde prisión.

Jordi Turull reconoce que fue «golpe duro»

Por su parte el ex conseller de Presidencia Jordi Turull reconoció a través de las redes sociales que fue un «golpe duro» pasar en menos de 24 horas de «presidenciable a presidiario».

No obstante, Turull, encarcelado solo un día después de la fallida investidura en el Parlament, ha manifestado que sus convicciones «están más fuertes ante tanta injusticia». Asimismo se muestra orgulloso de poder mirar a los ojos a sus hijas y su mujer convencido de haber actuado en base a un mandato democrático.