Se hace necesario que el proceso de digitalización bancaria sea inclusiva y no cerrando puertas a los mayores

• Desde la plataforma de intermediación hipotecaria se apuesta por impulsar la transformación del mercado bancario, en pos de una digitalización que aporte a la gente mayores facilidades y comodidades, teniendo en cuenta a todos los grupos de edad.

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Las oficinas bancarias en España se están convirtiendo, en los últimos años, en una rara avis dentro del callejero nacional. Según los datos del Banco de España, desde 2016 se han cerrado 399 sucursales en toda Castilla y León, el 42% de las que había. O lo que es lo mismo, actualmente hay una sucursal bancaria por cada 2.500 habitantes. Por provincias, la más damnificada es Salamanca, con un 54,2% menos de sucursales.

“El proceso de digitalización bancaria, las fusiones entre bancos y la pandemia son los tres pilares centrales del cierre de sucursales en España”, afirma Juan Ferrer, CEO del intermediario hipotecario Hipoo. Siguiendo el hilo de los datos proporcionados por el Banco de España, en los últimos 10 años se han cerrado más de 21.000 entidades a lo largo y ancho del territorio nacional. “Estos datos albergan dos interpretaciones”, recalca Ferrer. “Por un lado, la clara dirección hacia un sector bancario cada vez más digitalizado; y por otro, la brecha originada por dichos cierres, principalmente en lo que respecta a la clausura de servicios habituales”.

Ferrer ostenta una visión más positiva que pesimista: “Debemos aprovechar la coyuntura actual y potenciar de forma efectiva el bueno uso de lo digital, en favor de un ahorro claro en lo relativo a procesos y procedimientos. Lo que se traducirá, en consecuencia, en un ahorro claro de cara a los usuarios”. En lo referente a la brecha producida por el cierre de sucursales, Ferrer manifiesta que se debe atender “y atajar cuanto antes la brecha ocasionada por dichas cuestiones, con el fin de alcanzar una digitalización inclusiva”.

A este respecto se han sumado, recientemente, acciones como la promovida por las tres principales patronales bancarias, AEB, CECA y UNACC, y el Ministerio de Asuntos Económicos y Transformación Digital a petición de colectivos sociales. Que se ha traducido en la firma del ‘Protocolo Estratégico para Reforzar el Compromiso Social y Sostenible de la Banca’, que remarca el compromiso de las entidades bancarias con sus clientes para que no se vean rechazados o expulsados de los nuevos procesos y automatizaciones en ciernes.

Ferrer afirma que también puede verse como una oportunidad, “una forma de incorporar los procesos digitales a nuestro día a día, y con ello mejorar la experiencia del usuario a nivel financiero. Es decir, una ocasión idónea para transformar el mercado, en pos de una digitalización que aporte a la gente mayores facilidades y comodidades teniendo en cuenta a todos los grupos de edad, así como sus condiciones personales y geográficas”.

Las fintech, las grandes beneficiadas

Según el think tank, Funcas, en 2021, el 69,4% de los usuarios de internet accedían regularmente a su banca online. Lo que evidencia que, este tipo de compañías se están asentando de muy buen grado en el panorama social y económico nacional. Lo que está generando un nuevo tejido empresarial online, cuyo objetivo principal es servirse de la tecnología con el fin de hacer la vida más cómoda a sus usuarios, y subsanar, de esa forma, los posibles inconvenientes ocasionados por los trámites analógicos.

Se espera que el cierre de sucursales siga en aumento

Los datos son muy rotundos a la hora de analizar el cierre de sucursales bancarias en España, y es que la tendencia no para de acrecentarse. Para contextualizar esta afirmación, valga el siguiente dato: el cierre de oficinas ha procurado que cada sucursal atienda a una cantidad de población al alza. En 1981, y con 10 millones de habitantes menos que en la actualidad, 27.698 oficinas bancarias atendían a una media de 1.363 personas cada una, mientras que, en el primer trimestre de 2022, 18.556 dan servicio a una media de 2.477 clientes, un 81,70% más.

Respecto al pico de sucursales bancarias que hubo en 2008, un total de 46.118 censadas justo antes del pinchazo de la burbuja inmobiliaria, solo resisten las 18.556 antes citadas. Es decir, 27.562 menos en 14 años. Respecto a los cajeros automáticos, actualmente quedan 46.473 de los 61.714 que había en 2008.