Tres asociaciones leonesistas critican el trato recibido durante la visita de Rajoy a León

Según las asociaciones presentes, lo que intentó la Subdelegación de Gobierno fue expulsarlos del lugar en que habían solicitado la concentración.

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Imagen: S.Arén

Ahora León / Noticias de León

Las asociaciones convocantes de la concentración celebrada el día 23 en San Isidro con motivo de la visita de Mariano Rajoy (Ciudadanos del Reino de León, Xunidos por un Reino y Plataforma Pro-Identidad Leonesa) condenar la ‘actitud anti-democrática’ y represiva de la Subdelegación del Gobierno que pretendió en todo momento ocultar la protesta dando órdenes a las FSE de desplazarnos hacia la calle Descalzos cuando la comunicación de la convocatoria señalaba explícitamente que se celebraría en la plaza de San Isidoro.

Esto atenta  directamente contra el artículo 21 de la Constitución que consagra el derecho de reunión pacífica, como era el caso de la convocatoria, e impide prohibir o alterar una reunión pacífica si ésta no altera el orden público, cosa que no ocurrió y cuya denegación o alteración debe ser explícitamente argumentada.

Según las asociaciones presentes, lo que intentó la Subdelegación de Gobierno fue expulsarlos del lugar en que habían solicitado la concentración y ocultarlos de la vista tanto del presidente y resto de cargos públicos y políticos como de la prensa.

A pesar de ello un grupo de manifestantes y otros ciudadanos se concentró en la plaza  de San Isidoro en la zona de  la calle del Cid donde se pudieron dirigir al presidente lemas de protesta por el comportamiento ético de su partido y recordarle los hechos históricos por los que vino a León.

A pesar de encontrarse estos manifestantes en el lugar para el que se habían convocado,  nuevamente desde la Subdelegación del Gobierno se dio orden de desalojar la zona, hacia la calle Descalzos, lejos del lugar donde se había comunicado legalmente vulnerando de nuevo el derecho fundamental a una reunión pacífica.

Cuando se acercaba el fin de la estancia de Rajoy en la basílica un grupo de ciudadanos se introdujo dentro del cordón policial agrupándose en torno a la estatua las Cantaderas, posteriormente vieron que cuando salió el presidente se dirigió a ellos para recibir su  aplauso, darse besos mutuamente y hacerse fotos, mientras que a los manifestantes que habían comunicado legalmente la convocatoria se les impedía acercarse a dicho lugar marcando una diferenciación entre ciudadanos claramente discriminatoria, indican los representantes de las asociaciones.

Por ello dichas asociaciones lamentan el comportamiento de la Subdelegación del Gobierno en su intención de reprimir una concentración que tuvo en todo momento carácter pacífico y no violento.