Tres mártires leoneses serán beatificados en Sevilla

El obispo, el padre Luis Ángel de las Heras, representa a la Diócesis en la seo hispalense este próximo sábado día 18 desde la memoria de los hermanos cooperadores Arsenio de la Viuda, Santiago de Prado y Fernando de Pablos

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La Diócesis de León estará presente en la Catedral de Sevilla este próximo sábado día 18 de junio a las 11 horas en la celebración que presidirá el cardenal Marcello Semeraro, prefecto de la Congregación para las Causas de los Santos, con motivo de la beatificación de 27 mártires dominicos. El obispo, el padre Luis Ángel de las Heras, concelebrará en una eucaristía que también contará con la presencia, entre otros del propio anfitrión de esta celebración, el arzobispo de Sevilla, José Ángel Saiz Meneses, el arzobispo de Burgos, Mario Iceta, el obispo de Palencia, Manuel Herrero, O.S.A., el obispo de Almería, Antonio Gómez Cantero, el presidente de la Conferencia Española de Religiosos (CONFER), Fr. Jesús Díaz Sariego O.P., o Fr. Gerard Timoner, O.P., maestro general de la orden de predicadores.

MÁRTIRES LEONESES

La beatificación fue aprobada por el Papa Francisco en diciembre de 2019 y a causa de la pandemia se retrasó hasta este próximo día 19 de junio, jornada en la que estos veintisiete dominicos, veinticinco frailes dominicos martirizados en Almagro (Ciudad Real) y en Almería, además de un laico periodista que sufrió el martirio en Almería y una monja dominica en Huéscar (Granada), todos ellos asesinados a causa de su fe, entre el verano del año 1936 y comienzos de 1937, serán proclamados beatos de la Iglesia Católica. Entre estos nuevos beatos se encuentran los nombres de tres religiosos. hermanos cooperadores, originarios la Diócesis de León: Arsenio de la Viuda Solla, Santiago ‘Mateo’ de Prado Fernández y Fernando de Pablos Fernández.

Desde la comunidad de los PP. Dominicos de La Virgen del Camino se vive de manera especial esta beatificación de mártires dominicos del próximo sábado en Sevilla y en especial el padre Fr. Baldomero de Prado Álvarez, que con 14 años, desde su localidad natal de La Mata de Monteagudo, acudió al Seminario Menor de los PP. Dominicos de Almagro, destino en el que sirvió durante veinte años hasta su partida como misionero a Venezuela, desde donde regresó en 1988 a Almagro, donde según asegura “yo sufrí el dolor de esa casa y de la matanza de todos aquellos hermanos, y he trabajado tanto y he deseado tanto el engrandecimiento de estos hermanos nuestros mártires que para mí este sábado va a ser un día dichoso, feliz, un día que he anhelado tanto que llegase durante muchos años”.

RESEÑAS BIOGRÁFICAS

Arsenio de la Viuda nació en Valdespino Vaca, Diócesis de León, el año de 1880. Entró en la Orden Dominicana en 1907 como Hermano de Obediencia. Pasó una gran parte de su vida en el convento dominicano de Almagro (CR), donde sirvió a la comunidad en diversos menesteres. También se preocupó de socorrer a los pobres y visitar a los enfermos diariamente. Murió fusilado en Almagro, simplemente por ser fraile, en la noche del 14 de agosto de 1936.

Santiago de Prado nació en La Mata de Monteagudo, Diócesis de León, el año 1906. En 1933 se ofreció como “limosnero” del convento de las capuchinas en Toledo y, desde allí, se puso en contacto con los dominicos de Almagro. Entró en la Orden el año 1935 como Hermano de Obediencia. Era muy devoto de “Nuestra Señora de Velilla”. Fue asesinado en Miguel Turra (CR) el 30 de julio de 1936.

Fernando de Pablos nació en Valcuende, Diócesis de León, en 1876. Cursó la carrera de magisterio y por algún tiempo ejerció de maestro en Calaveras de Arriba. En 1893 se trasladó al colegio de Cuevas de Vera (Almería), regentado por los dominicos. En 1901 ingresó en la Orden Dominicana como Hermano de Obediencia. Le animaron a que hiciera la carrera sacerdotal, pero él prefirió quedarse como Hermano de Obediencia. En 1904 se encuentra en el convento de Almagro, donde prosigue su actividad docente y se convierte en un modelo de catequista. Fue fusilado en Almería durante la noche del 10 al 11 de septiembre de 1936.

BEATIFICACIONES RECIENTES

Estos tres nuevos mártires se integrarán desde el próximo sábado en el ‘Martirologio’ de la Diócesis de León que había incorporado su última referencia el 8 de diciembre de 2018 cuando en la Basílica de Santa Cruz de la ciudad de Orán, en Argelia, era beatificada la religiosa leonesa Agustina Misionera Esther Paniagua, junto con su compañera burgalesa Caridad Álvarez, y otros diecisiete mártires, víctimas de la violencia que sacudió Argelia en la década de los años noventa del siglo pasado, entre ellos el que era obispo de Orán, Mons. Pierre Claverie, y otros dieciséis religiosos y religiosas de otras seis congregaciones, todos ellos de nacionalidad francesa.

Y la anterior beatificación de referencia para la Iglesia de León, en aquel caso de 18 mártires, tuvo lugar el día 13 de octubre de 2013 en la ciudad de Tarragona, como acto de memoria de los mártires testigos de la fe  del siglo XX, organizado por la Conferencia Episcopal Española en el marco de la celebración del Año de la Fe convocado entonces por el Papa Benedicto XVI. En total fueron 522 mártires los que fueron beatificados en una ceremonia que se desarrolló bajo el lema “Firmes y valientes testigos de la fe”. Esta celebración del año 2013 en Tarragona marcó uno de los momentos especiales del Año de la Fe y fue la decimocuarta ocasión en la que se culminaban causas de beatificación de hombres y mujeres que a lo largo del siglo XX entregaron sus vidas por la fe. En el caso de la Diócesis de León han sido ya 52 los casos de martirio reconocidos, los primeros en Roma en el año 1987 y los últimos hasta 2013 en aquel Año de la Fe en Madrid en el año 2011, entre los cuales destaca la figura del último santo de la Diócesis: San Julián Alfredo. Además, en la actualidad se encuentra en fase de tramitación en Roma, en la Congregación para las Causas de los Santos, la única causa de beatificación incoada por la Diócesis que ya ha superado la fase diocesana y que está centrada en la memoria de integrantes del presbiterio que murieron entre los años 1937 y 1938 por motivos de persecución religiosa.