Una mascarilla mal ajustada aumenta la probabilidad de contagio

“Si todos llevásemos mascarillas FFP2 bien ajustadas la probabilidad de contagio sería cercana a cero”

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Ahora León / COVID-19 / Proveil

Elegir mascarillas que ajusten bien al rostro de cada usuario para que no queden huecos por donde entren los aerosoles es clave para prevenir contagios por coronavirus, especialmente con cepas tan contagiosas como ómicron. “Hay estudios, como el publicado recientemente -ver portal científico PNAS-, que afirman que si todos llevásemos mascarillas FFP2 bien ajustadas a la nariz la probabilidad de contagio sería cercana a cero”, explica José Mª Lagarón, investigador del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) y especialista en materiales de filtración y mascarillas.

Según estos investigadores del Max Planck alemán, si se utiliza una mascarilla FFP2 ajustada a la nariz y con la sujeción simple más extendida a las orejas, el riesgo de infección por coronavirus es casi cero, incluso después de estar en contacto durante 20 minutos con una persona infectada. “Lo que demuestra la importancia de elegir las mascarillas más adecuadas, como las FFP2, y su correcta colocación”, afirma Lagarón.

Hay que elegir el tamaño más idóneo de mascarilla FFP2 para la altura nariz-barbilla del usuario, aplanar el clip nasal para eliminar la forma de V, adaptar este sobre el dedo que se parezca más al arco de la nariz, y presionar una vez colocada para sellar bien. La norma indica que, para maximizar el ajuste de la mascarilla, la sujeción debe ser regulable y, por tanto, según norma, las mascarillas FFP2 deben llevar las sujeciones regulables más flexibles posibles. Si la mascarilla lleva sujeción a las orejas, esta se debe complementar con un extensor regulable a la nuca, y si lleva bandas a nuca y cuello, estas también deberían llevar un mecanismo para regular su ajuste.

Existe un amplio debate en este momento sobre el ajuste más adecuado de las mascarillas FFP2. En este sentido, José Mª Lagarón aclara que “el ajuste óptimo se consigue con varias dimensiones de mascarillas, al menos S-M y M-L, y con un extensor regulable a la nuca, de esta forma, dimensiones de alto y ancho de cabeza distintas permiten ser ajustadas. Así, mascarillas con diferentes dimensiones aseguran el ajuste a largos diferentes de cara, y la sujeción regulable permite ajustar diferentes anchos de cabeza. Afortunadamente, el estudio recientemente publicado sugiere que la

fenomenología del contagio no ocurriría (es mínima) si todos llevásemos una mascarilla FFP2 con un buen ajuste a la nariz, aun cuando la sujeción sea a las orejas”.

Por tanto, se recomiendan diferentes tallas para elegir la que mejor se adapte a la fisonomía del rostro. De esta forma evitaremos, entre otros, que al hablar la mascarilla se descoloque, como ocurre más frecuentemente con las mascarillas con forma de bote. Existen otras recomendaciones para mejorar la eficacia de las mascarillas como, por ejemplo, evitar la barba, las patillas largas o determinados peinados que pueden interferir en la sujeción.

“Además del ajuste y sujeción, ahora más que nunca, con la presencia de la variante ómicron, y como forma de prevención aditiva, se hace adecuado el uso de viricidas sólidos no inhalables en las mascarillas, especialmente en el filtro, preferiblemente no exógenos al organismo, y la posibilidad de desinfectar el interior y exterior de las mascarillas de forma simple. Nosotros ya anticipamos esto al inicio de la pandemia y por eso las mascarillas que hemos desarrollado llevan un viricida muy eficaz y seguro en el filtro, y permiten ser desinfectadas con pulverizaciones simples de alcohol rebajado con agua”, concluye José Mª Lagarón.