Abriendo la mente como un paraguas

Es una realidad que los dolores físicos se entremezclan con los dolores de la vida: los problemas personales, familiares, laborales, económicos.. el stress, el perfeccionismo, la falta de autocuidado …

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Ahora León / Salud / Dra. Ana Belén Vega López

En estos últimos años mi casa se ha llenado de antiguos libros de medicina, médicos muy prestigiosos en su tiempo pero hoy en día olvidados. Libros donde se mezcla el saber médico con la filosofía, la psicología, la antropología, … libros que son un chorro de aire fresco  después de haber leído miles de estudios científicos clínicamente significativos que en lenguaje matemático hablan de variables, escalas, resultados… pero nunca de personas. Y me pregunto cuantas de las infinitas variables posibles es necesario tener en cuenta para que dos pacientes sean realmente comparables entre sí.

No es mi intención rechazar el método científico moderno, ni la tecnología… pero si de reclamar el equilibrio necesario entre la medicina que es ciencia y la medicina que es arte, entre la medicina que se apoya en el estudio y la que se apoya en la intuición, entre la medicina salvadora de pacientes y la medicina humilde que acompaña cada dolor humano sin olvidar que sólo es el propio paciente el que se cura a si mismo. Que no es un fracaso médico la muerte ni la enfermedad sino que son parte de la vida.

Es una realidad que los dolores físicos se entremezclan con los dolores de la vida: los problemas personales, familiares, laborales, económicos.. el stress, el perfeccionismo, la falta de autocuidado … dolores que no se ven en las resonancias …  A veces cuando una persona enferma, es el único momento en que se replantea como vive su vida, o es el único momento en que se permite descansar… si esto ocurre así, la enfermedad no se habrá sufrido en vano.

En muchas filosofías medicas, más holísticas que la medicina actual, la enfermedad se entiende como un proceso de curación del alma del paciente. Si el paciente no aprovecha la crisis para hacer toma de conciencia del mensaje que su cuerpo le envía, enfermara de nuevo, quizás de algo más grave.

Quizás nosotros deberíamos empezar a confiar más en la sabiduría del propio cuerpo, la que está presente en toda la naturaleza, hacernos más responsables de nuestra propia salud, escuchando y atendiendo nuestras necesidades mas profundas. Buscando ayuda en la medicina cuando sea necesario, pero sin olvidar reflexionar sobre las causas que nos han llevado a enfermar.