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Hay personas que prefieren los libros impresos por la capacidad de retención de información que les ofrece el papel y otras que prefieren los libros electrónicos por su versatilidad y comodidad. De igual forma, cada cual tiene una relación particular con cada soporte que define cómo prefiere leer.
Según un informe de la Federación de Gremios de Editores de España, solo el 6% de los españoles que leen lo hacen exclusivamente en soportes digitales. Sin embargo, este es un porcentaje que está creciendo cada día más, en especial con la pandemia, cuando todo comenzó a digitalizarse.
¿Y qué sucede en los centros escolares?
“En estos últimos dos años hemos notado un gran cambio hacia la digitalización de la sociedad, ahora, además de leer en papel, ya se lee en soporte digital de manera habitual”, declara Cristina Puig Co-Founder y Global Sales Director de Fiction Express, solución interactiva de lectura en varios idiomas y líder en España y América Latina.
Beneficios de los libros electrónicos y los libros tradicionales
Los libros electrónicos permiten cambiar el tamaño y color de la fuente, algo muy beneficioso para las personas con problemas de visión o de lectura, también permiten otro contenido multimedia (imágenes, vídeos o audio). Además, las pantallas ofrecen un mejor contraste que permite a los usuarios mayores a leer más rápido y con menos esfuerzo. En el caso de plataformas de lectura interactiva, la digitalización permite que los docentes hagan un seguimiento de lo que están leyendo sus alumnos. “En Fiction Express contamos con una sección donde el profesor puede ver el tiempo de lectura de cada alumno, si ha respondido a un quiz de preguntas sobre la historia y muchos más datos que le facilitarán su trabajo como docente”, destaca Puig.
Por el lado de los libros en papel, se puede decir que su gran ventaja es la retención de la información. La impresión permite a los lectores ver el texto, resaltar las partes importantes y tener una idea de dónde se encuentran en el contenido, parece que en el libro impreso es más fácil de estudiar. Además, el libro de papel conserva la magia de la experiencia física: diseños, colores, texturas, olores, etc.
¿Cómo leen en las escuelas?
La pandemia ha cambiado el panorama escolar completamente. Es cierto que aún hay centros escolares que mantienen los métodos de aprendizaje tradicionales; pero la mayoría está migrando hacia la digitalización híbrida. Se empiezan a utilizar herramientas digitales que permiten a los alumnos trabajar libros y actividades en cualquier momento y lugar.
Puig hace hincapié en que “estas herramientas no solo son necesarias para facilitarles el trabajo a los docentes, también se usan para motivar a los alumnos a leer más y a querer comprender lo que están leyendo”
