Máximo riesgo: irresponsabilidad compartida

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Ahora León / Opinión / Texto: Isidro García Getino

El mayor peligro social al que nos enfrentamos en este momento en España, con un nuevo gobierno de irresponsabilidad compartida, es, sin duda alguna, el pacto CONTRA la educación.

Tendremos un sub-sistema educativo con base en la LOGSE (lo mismo que tenemos desde 1986) y con altura en las rebajadas miras políticas de los partidos desnortados.

A la infinita ignorancia sobre el tema que acumulan unos, otros y los terceros, se añade el miedo a los cuartos. Y, lo que es aún peor, se va a exigir que el pacto dure 20 años, al cabo de los cuales estaremos ya 40 años retrasados en temas escolares de enseñanza; no en temas educativos si (con suerte) se dejan en manos de los padres como corresponde; aunque son complementarias, existe una enorme diferencia  entre enseñanza y educación,

Sugiero -por si algún “insensato” político se atreve a recoger la sugerencia- que los partidos tengan la cordura de encargar el diseño y elaboración del sistema a profesionales de probada independencia, experiencia y conocimiento. Tienen que ser profesionales de cada nivel y aquellos (muy escasos pero esenciales) que tengan experiencia transversal en todos los niveles. No pueden ser catedráticos que no han ejercido en TODOS los niveles, ni profesores de Bachillerato que nunca pisaron un aula de Primaria, ni inspectores que lo han sido siempre, ni técnicos que saben mucho pero nunca rigieron un aula escolar.

Solo vale la experiencia exitosa, con visión global y buen conocimiento de lo lamentable de nuestra situación actual, fruto de la LOGSE y sus posteriores apellidos. Hay un axioma fundamental, que sería ridículo enunciarlo si no fuese porque es imprescindible e importante: “Las cosas se deben comenzar por el principio”, lo mismo que las casas se comienzan por los cimientos y no por el tejado.

La enseñanza-educación no se puede empezar por las titulaciones profesionales, tampoco por la universidad, ni por secundaria. Los cimientos o bases se colocan antes de que los niños lean y escriban; sin bases los floreros se caen como ahora ocurre y se atan con cuerdas que el tiempo desgasta y rompe sin remedio, así nos va. Poner bases no es meter en la escuela a los bebés, como algunos insensatos proponen. Las bases se ponen entre los 5 y los 8 años, pero bases no son solo leer y escribir; hay mucho desarrollo previo y más importante que leer y escribir.

Mi segunda (y última) sugerencia es que los maestros (y profesores) son antes que la escuela. Esto es, la formación del profesorado ad hoc precede a poner en marcha otro modelo, con la revolución que ello supone para las facultades correspondientes.

Si construimos un sistema educativo, o simplemente sistema de enseñanza, no podemos volver a hacerlo empezando en el tercer piso (como ya se ha hecho en varias ocasiones precedentes),   sin sentar cimientos, bases y pilares de sustentación. Para grietas, agujeros y derrumbes ya tenemos bastantes en el actual sistema (mal llamado educativo).