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Las orejas de carnaval, también conocidas como ‘orellas de entroido’, disputan su origen entre León y Galicia. Reciben su nombre por la forma que tienen, similar a la oreja del cerdo. Y es que el carnaval, tradicionalmente, es ‘la despedida de los pecados’ antes de la cuaresma. Por lo que este delicioso manjar se convirtió en una forma de engañar a la gula cuando no se podía comer una ración de oreja de cerdo durante la cuaresma.
Aquí os traemos la receta de este clásico, para que disfrutéis de unas sobremesas muy dulces en los próximos carnavales.
Dificultad: Fácil Tiempo de elaboración: 30 minutos Tiempo de reposo: Una hora
Para 25/30 orejas
Ingredientes:
Harina de trigo 250 grms.
Mantequilla 50 grms.
Esencia de anis 25 ml.
Agua tibia 100ml.
Azúcar glasé 60 grms.
Huevo 1
Ralladura de naranja o mandarina.
Sal.
Elaboración:
Se mezclan todos los ingredientes, excepto la harina y el azúcar glas hasta que la mezcla sea homogénea.
A continuación, añadimos la harina tamizándola, mezclamos para dejar una masa fina, elástica y ligeramente grasienta.
Dejamos reposar una hora.
Hacemos bolitas, del tamaño de una nuez pequeña.
Las vamos estirando, poniendo en la mesa y en el rodillo un poco de aceite para que no se pegue. Si no tenemos rodillo, también podemos utilizar una botella de cristal lisa. El secreto está en dejarlas muy finas, para que al freír queden crujientes.
A continuación, freiremos las orejas en abundante aceite MUY caliente. Cuando las echemos a freír, nos ayudaremos con una brocheta o un palillo de madera largo, para darles esa forma tan especial que imita una oreja de cerdo.
Por último, al sacarlas de la fritura escurrimos en papel absorbente y cuando haya enfriado le añadimos azúcar glas o azúcar normal. Opcionalmente, también podemos acompañarlas con unas gotas de miel.
