Los deportes de invierno cargan de las rodillas de un mayor esfuerzo

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El comienzo de la temporada de los deportes de invierno es sinónimo del aumento de las consultas de urgencias de traumatología relacionadas con todo tipo de lesiones producidas durante la práctica de diversas modalidades deportivas como por ejemplo el esquí, snowboard, motos de nieve o trineo con perros. Las causas que provocan dichos accidentes son múltiples, pero destacan sobre todo la utilización de un equipamiento deportivo inadecuado, escasa preparación física, falta de experiencia o mala técnica provocada por un mal aprendizaje y la masificación de las pistas, que aumenta de manera importante la posibilidad de caídas y choques.

En cuanto al perfil de las personas que sufren lesiones traumatológicas durante la práctica de algún deporte de nieve, el especialista en Cirugía Ortopédica y Traumatología de la Clínica San Francisco, Cesar Fernández Gutiérrez,  apunta que “suelen tener entre 18 y 40 años, novatos en la modalidad que practican y sobre todo al inicio y al final de la temporada, teniendo como escenario en la mayoría de las ocasiones pistas con una gran masificación de usuarios”.

La rodilla es la articulación más afectada

Aunque en los inicios del esquí la articulación más castigada era el tobillo, en la actualidad la rodilla es la más afectada con esguinces y roturas de ligamentos laterales, lesiones meniscales y del cartílago articular. Los esguinces y roturas de los ligamentos laterales se suele tratar de forma conservadora y el periodo de baja deportiva oscila entre los quince días y dos meses. Las lesiones meniscales  que precisan tratamiento quirúrgico artroscópico tienen un tiempo de recuperación de aproximadamente un mes y las de ligamento cruzado anterior, que son las más graves, llevarán al paciente a decir adiós a la temporada ya que la baja deportiva oscila entre los cinco y los seis meses. Por su parte, en ocasiones también nos encontramos con la triada, que afecta al menisco y a los ligamentos lateral y cruzado anterior y que conlleva recuperaciones muy prolongadas.

Durante la práctica de snowboard las lesiones más habituales son las de hombro, sobre todo luxaciones aunque a veces se producen también fracturas, que también son frecuentes en la clavícula, a las que se les aplica habitualmente vendajes en ocho y cabestrillo, que dejan fuera de las pistas al usuario entre dos y tres meses. Además, las muñecas y los dedos también pueden lesionarse  durante dicha modalidad. En lo relacionado a los dedos, la más habitual es la conocida como lesión del esquiador y que consiste en la lesión de ligamentos del pulgar, pudiendo ser su tratamiento ortopédico o quirúrgico y oscilando su tiempo de recuperación entre uno o dos meses.

El especialista de la Clínica San Francisco añade que los deportes de invierno “también dan origen a lesiones vertebrales, sobre todo el esguince cervical, lesiones en los tobillos, que por suerte han disminuido con el paso de los años por la mejora de la calidad del calzado, traumatismo craneoencefálicos, que también está disminuyendo gracias a la utilización del casco protector, y en ocasiones también nos encontramos ante heridas superficiales o profundas que pueden afectar a nervios vasos sanguíneos, tendones  y músculos”.

Lo más importante, la prevención

Todos los expertos coinciden en que la mejor manera para reducir el riesgo de tener una lesión es la prevención. En este sentido, el doctor Gutiérrez  incide en la importancia de la preparación física “siendo recomendable ponerse en forma antes del inicio de la temporada y así poder responder de manera satisfactoria a la exigencia de este tipo de deportes, además de no olvidarnos de llevar alguna bebida y barrita energética para recuperar fuerzas durante la práctica deportiva y evitar que el agotamiento pueda ser el origen de alguna caída o movimiento forzado que nos provoque una lesión”.

Además, también es muy importante asegurarnos que los esquís y las tablas de snowboard estén en perfectas condiciones y cuenten con fijaciones homologadas, que el calzado y las presiones de las fijaciones sean los adecuados y contar con ropa de abrigo, guantes, gafas y casco específicas para la práctica de deportes de invierno. Asimismo, el doctor de la Clínica San Francisco también recuerda que “tomar clases impartidas por monitores profesionales, utilizar pistas adecuadas a cada nivel, no irse nunca fuera de pista y conocer las limitaciones físicas de cada uno nos ayudarán a reducir el riesgo de tener un accidente que nos impida disfrutar de la nieve”.

En lo referente a la masificación de las pistas los usuarios no tienen mucho que decir, ya que en este sentido los responsables de las estaciones de esquí son los que deben aumentar la seguridad, habilitando zonas especiales para cada modalidad, comprobando que las pistas están en perfectas condiciones y garantizar que todos los usuarios cumplen con el reglamento y las normas impuestas en cada estación.